El contexto y la polémica que subsiste
Por diversas redes sociales como Facebook y Whatsapp, ha circulado un breve texto en el cual se citan puntualmente algunos pasajes de la “Summa Teológica” en los que Santo Tomás de Aquino responde cuestiones esenciales –hoy polémicas y discutidas– como el hecho de precisar a quién le corresponde consagrar y distribuir la comunión.
El hecho de la Consagración y de su validez ha sido objeto de debate reciente, en particular en aspectos como la Fórmula Litúrgica de la Consagración y la posible ordenación de mujeres “Diaconisas” o como “Sacerdotisas y Obispas”. El tema de la distribución de la Comunión es objeto de debate litúrgico y teológico, de acuerdo con las cuestiones que se refieren a situaciones de excepción (Carencia de Sacerdotes), y a otras como al hecho de que sea distribuida por parte de los llamados “Ministros Extraordinarios de la Comunión” (no de la Eucaristía) y la permisión de recibirla en la mano, hoy prácticamente impuesta y convertida en obligatoria so pretexto del ‘riesgo de contagio’ “en tiempos de pandemia”.
A lo anterior se suma el Cisma de Facto y la Desobediencia del Episcopado alemán al “bendecir” la unión de personas del mismo sexo y permitirles la comunión tanto a ellas como a quienes se encuentran en situación de unión irregular y, por lo tanto, en pecado, en muchos casos de manera pública, que escandaliza e incita a hacer lo mismo.
Sobre todo esto conviene repasar lo publicado en Razón Más Fe, en donde con seriedad, altura y profundidad, hemos ofrecido criterios sólidos, tanto históricos y teológicos como disciplinares y litúrgicos. Entre otros, invitamos a leer estos artículos:
- “Comulgar en la boca es un derecho de los fieles a pesar del coronavirus»: Conferencia Episcopal
- “Respetar la Disciplina Litúrgica y el Derecho de los Fieles”: Arzobispo de Medellín a los Sacerdotes
- “Comunión en la mano en tiempos de pandemia” -video: entrevista a Mons. Athanasius Schnneider
- “«Innecesario y peligroso» ordenar la comunión en la mano, dice Héctor Aguer , Arzobispo argentino”
- “Mi experiencia con la comunión en la mano es pésima”: Fray Nelson Medina
- “Médicos Europeos afirman: «es más seguro comulgar en la boca y de rodillas que en la mano»”.
- “La reverencia de los fieles para recibir la Comunión, un signo de esperanza en tiempos de crisis”
- En un paso: del interconfesionalismo a la «praxis», y de ésta al cisma
- Que “La Iglesia ha corregido errores doctrinales de concilios anteriores”, es una verdad histórica y no un bulo
Un Sacerdote minimiza la enseñanza de Santo Tomás
Una vez puesto en circulación, una persona recibió vía Whatsapp una respuesta áspera y cortante por parte de un Sacerdote, quien cuestionó y minimizó la enseñanza de este Santo Doctor, aduciendo:
“Podrá ser Santo Tomás, digno de admiración y excelso teólogo, pero sus enseñanzas nunca estarán por encima del Magisterio Oficial de la Iglesia”.
Cortante respuesta de un Sacerdote
A lo que el feligrés –como lo muestra la captura de pantalla del diálogo–, se limita a responder:
“Ni las de ninguna otra persona”.
Aquí es importante distinguir entre el hecho de la admisión de los llamados “Ministros Extraordinarios de la Comunión” y la recepción de la Sagrada Comunión en la Mano. Es claro que para este sacerdote ambas prácticas son «Magisterio Oficial de la Iglesia». En realidad, están admitidas dentro de la Disciplina Litúrgica –como consta en la Instrucción Redemptionis Sacramentum–. Aunque ello no minimiza el criterio de Santo Tomás que, por el contrario, viene muy bien al sano debate litúrgico, disciplinar y teológico con respecto a las prácticas permitidas hoy en día.
Por ello es conveniente y debe recordarse con respecto a los primeros, su carácter de “extraordinarios”, lo cual establece e implica que el recurso a ellos ha de ser en raras y excepcionales ocasiones, “extraordinarias”, lo cual no significa en todas las Misas ni en celebraciones especiales, sino sólo cuando realmente la cantidad no permita que los fieles puedan recibir la Sagrada Comunión por parte del o de los Sacerdotes disponibles, lo cual sería muy extraño.
Con respecto a la Comunión en la mano, ésta jamás fue aprobada, sino que le fue permitida «ad experimentum» y de manera excepcional a una Conferencia Episcopal. El uso se extendió, y luego Roma, para no contradecir la excepción hecha por Pablo VI, estableció la condición de que en cada país la respectiva CE lo avalara, sin modificar la Disciplina de la Iglesia. Todo ello consta en actas. Pero hoy no sólo la han generalizado, sino que lamentablemente se han servido de la pandemia para imponerla (Ver los artículos citados arriba, y éste en particular).
Lo que dice Santo Tomás
A continuación ofrecemos el texto de Santo Tomás de Aquino que circula en redes sociales, cuya autenticidad hemos verificado y comprobado. Incluimos el vínculo a una edición digital de la Summa Teológica, del Doctor Angélico, con el comentario que hace quien lo difundió.
Santo Tomás de Aquino, figura máxima teológica en la Iglesia, en dónde está basada toda la doctrina y fundamentada, en la Suma Teológica –Parte IIIa–, Cuestión 82 , hablando sobre la distribución de la Eucaristía dice:
”Corresponde al sacerdote la administración del cuerpo de Cristo por tres razones. Primera, porque, como acabamos de decir, consagra in persona Christi. Ahora bien, de la misma manera que fue el mismo Cristo quien consagró su cuerpo en la cena, así fue él mismo quien se lo dio a comer a los otros. Por lo que corresponde al sacerdote no solamente la consagración del cuerpo de Cristo, sino también su distribución.
Segunda, porque el sacerdote es intermediario entre Dios y el pueblo (Heb 5,1). Por lo que, de la misma manera que le corresponde a él ofrecer a Dios los dones del pueblo, así a él le corresponde también entregar al pueblo los dones santos de Dios.
Tercera, porque por respeto a este sacramento ninguna cosa lo toca que no sea consagrada, por lo tanto los corporales como el cáliz se consagran, lo mismo que las manos del sacerdote, para poder tocar este sacramento. Por eso, a nadie le está permitido tocarle, fuera de un caso de necesidad, como si, por ejemplo, se cayese al suelo o cualquier otro caso semejante“.
Santo Tomás nos deja claro en estos párrafos, que las manos del bautizado no pueden tocar la Eucaristía, porque eso es un privilegio otorgado únicamente a los sacerdotes.
Uno de los malos frutos de la comunión en la mano, es quitar esta diferencia que hay entre el sacerdocio ministerial y el común de todo bautizado. Es lo que buscó Lutero, cuando en sus “liturgias” pidió a sus “ministros” que dieran la comunión en la mano por dos cosas: “para quitar la superstición de la Presencia Real y la diferencia que hay entre el sacerdote y el fiel”.
Este texto fue originalmente publicado en el muro de Facebook de Jesús Batistasky. Ver la publicación original aquí.
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