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¿Qué pasa si se rompe con la Sagrada Tradición?

P Santiago Martin Del catecismo al cataclismo

Video | «Del “catecismo” al cataclismo», comentario del P. Santiago Martín

Persistir en lo que ha sido llamado «el ‘espíritu’ del Concilio», con el pretexto de insistir en una ‘hermenéutica de la ruptura’, es tozudez y una clara actitud pertinaz de querer romper con la Sagrada Tradición.

En su canal digital Magníficat TV, el P. Santiago Martín se ha referido con claridad a lo que ocurre y a las consecuencias que siguen cuando se rompe con la Tradición, especialmente con la Sagrada Tradición.

«Los mismos –aunque sean otras personas– continuadores de aquellos con la misma ideología, siguen insistiendo en que “la adaptación de la Iglesia al mundo es el futuro”.

Es como si estuviéramos en una tormenta perfecta, con una Iglesia atacada desde fuera por el liberalismo, por el laicismo, y saboteada desde dentro por los que siguen insistiendo en que “hay que adaptarse al mundo”. Del “catecismo” se ha pasado al cataclismo, al hundimiento, a la crisis prácticamente total.

No hay crisis solamente allí: la crisis de la Iglesia Católica está en todo Occidente. Pero en esos países que se entregaron de lleno a una “renovación conciliar” contraria a la Tradición, la crisis es muchísimo más fuerte, y siguen insistiendo en que ese es el futuro».

Del catecismo al cataclismo | Actualidad Comentada | 17-12-2021 | Pbro. Santiago Martín FM | Magnificat.tv

Como bien se puede apreciar, el Padre Santiago no aboga aquí por un tradicionalismo a ultranza, mucho menos por un integrismo religioso de corte fundamentalista.

Y aunque su línea de pensamiento está en consonancia con lo que se ha dado en llamar “hermenéutica de la continuidad”, tampoco se desliza por la resbalosa pendiente de un modernismo “progresista”.

El equilibrio que propone consiste en que, para poder dar frutos sanos, ni el tallo ni las ramas pueden prescindir de las raíces. Así de simple.

Ver de manera especial: Progresismo, integrismo y centro – Razon+Fe (razonmasfe.com)

La importante y valiosa consideración la hizo el Padre Martín a mediados de diciembre de 2021. Para ello tomó como ejemplo lo que ocurrió en el año 1967 cuando tuvo lugar el llamado “Concilio Pastoral Holandés”.

El fruto de éste fue la promulgación del llamado “Catecismo Holandés”, el cual despertó el estupor del entonces Papa Pablo VI, quien no obstante fue tolerante y condescendiente con el hecho, incluso ante la negativa del episcopado de Holanda a aceptar las correcciones de la Santa Sede.

El hecho obligó a un clarísimo pronunciamiento –aunque dos años después– de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, con las observaciones y correcciones pertinentes al extraño contenido de dicho documento, totalmente ajeno a la Fe Católica.

No obstante, tales consideraciones no fueron atendidas ni incorporadas al mismo, sino que posteriormente un grupo de teólogos, entre ellos, unos delegados por una Comisión Cardenalicia, y otros, por el Episcopado Holandés, publicaron aparte y como un “Suplemento”, lo que denominaron «Las correcciones al Catecismo holandés».

Correcciones al catecismo holandes
Correcciones al catecismo holandés

Las consecuencias para la Iglesia y para la Fe fueron funestas. Ni se diga para la Salvación de las Almas, Ley Suprema de la Iglesia. En dicho país, de un total de dos millones setecientos mil católicos entonces, se estima que en breve no quedarán más de 63 mil. Si bien la crisis causada por el secularismo hubiese diezmado la práctica de la Fe, el impacto hubiese sido mucho menor si desde “la oficialidad” se hubiera obrado con mayor decisión.

Pues bien, algo similar está ocurriendo hoy. Y no sólo ante la iniciativa del episcopado alemán de llevar a cabo su propio “sínodo”, sino por el evidente silencio de Roma ante el mismo, y por iniciativas como el Motu Proprio “Traditiones Custodes”, que establece una ruptura no sólo de facto sino radical con la Sagrada Tradición, precisamente en nombre del «espíritu del Concilio».

¿Qué puede ocurrir hoy ante un hecho semejante? ¿Ante esta ruptura inminente? Aunque el Padre Santiago Martín no se compromete mencionando nombres ni señalando a la autoridad implicada, dice claramente que esta implicaría, en primerísimo lugar, una ruptura DEFINITIVA con Cristo, un desconocimiento y –peor aún– un menosprecio a su Persona como Dios. En definitiva, una apostasía de la Verdad y, en consecuencia, un cisma de facto.

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