En la audiencia ofrecida a la Oficina Nacional de Catequesis de los obispos italianos, el pasado sábado 30 de enero de 2021, el Papa Francisco hizo una severa crítica de las comunidades tradicionalistas, a las cuales señaló de estar fuera de la Iglesia:
“El Concilio es el Magisterio de la Iglesia. O estás con la Iglesia y por lo tanto sigues el Concilio, y si no sigues el Concilio o lo interpretas a tu manera, a tu voluntad, no estás con la Iglesia. Debemos ser exigentes y estrictos en este punto. No, el Concilio no debería ser negociado para tener más que estos… No, el Concilio es así. Y este problema que estamos viviendo, de selectividad del Concilio, se ha repetido a lo largo de la historia con otros Concilios», dijo el Papa.
El Papa comparó a los católicos tradicionalistas, que entre otras cosas siguen celebrando la misa según el Rito Tridentino, aceptado por la Iglesia y promovido por el Papa Benedicto XVI a través del Motu Proprio «Summorum Pontificum», con grupos de católicos ingleses que se negaron a aceptar el dogma de la Infalibilidad Papal definida por el Concilio Vaticano I:
«A mí me hace pensar tanto en un grupo de obispos que después del Vaticano I se fueron, un grupo de laicos, grupos allí, para continuar la «verdadera doctrina» que no era la del Vaticano I. «Nosotros somos los verdaderos católicos»… Hoy ordenan mujeres. La actitud más estricta de custodiar la fe sin el Magisterio de la Iglesia, te lleva a la ruina. Por favor, nada de concesiones a los que intentan presentar una catequesis que no está de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia”.
Como explica Religión en Libertad, esos grupos se denominaron veterocatólicos y hoy «permiten la anticoncepción, la píldora del día después, las sacerdotisas, las prácticas homosexuales, niegan la Asunción y la Inmaculada Concepción, han abandonado la Confesión sacramental, etc..».
La comparación no parece ser tan acertada en tanto el Concilio Vaticano II no definió ninguna «doctrina», y por esa razón se realizó un concilio «pastoral» y «ecuménico» que expresamente declaró no modificar «ninguna doctrina del Magisterio de la Iglesia».
Sin embargo, a través de la interpretación del supuesto «espíritu del Concilio», se han introducido en la práctica de la Iglesia errores y enseñanzas claramente condenadas por el Magisterio tradicional de la Iglesia católica, sumiendo cada vez más a los católicos en una gran confusión doctrinal.
En el Concilio Vaticano II además de obispos católicos, también participaron activamente protestantes, e incluso, está documentado que hubo padres conciliares que pertenecían a la masonería eclesiástica.
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