Desde San Mateo (M. 22, 15-21. «Devuelvan, pues al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios») la Iglesia católica ha tenido claro que sus intervenciones en política se hacen necesarias en materia espiritual, pero no en asuntos estrictamente terrenales, ajenos a su ámbito.
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La Iglesia intervino fuertemente en la política española de los años treinta, por ejemplo, ya que el gobierno republicano hizo de la quema de conventos y de curas una sistemática política de estado. En México también, ante medidas similares adoptadas por el PRI. Ni qué decir de Colombia. Prelados como Miguel Ángel Builes o Ezequiel Moreno participaban en política, con la firme convicción de proteger lo que aún era un país católico. Lo hacían además bajo el agravante de que los liberales, cuando se pasaban de copas, gustaban de saquear iglesias y luego jugar fútbol con la cabeza del cura, como ocurrió en Armero.
Pero en temas terrenales, decía, no solían intervenir. Esa línea de no intervención la rompieron varios sacerdotes a partir de los sesentas, guiados por la teología de la liberación, que fue tan popular entre los hijos de San Ignacio. Desde entonces, muchos prelados no han parado de interferir en asuntos políticos que se alejan bastante de sus asuntos pastorales. El caso más reciente lo protagonizó el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve Mejía.
El pastor de los caleños arremetió contra el gobierno por su posición frente a la JEP. Pero lo que ocurre es que la política de un gobierno para enfrentar y castigar el narcoterrorismo poco tiene que ver con la misión evangelizadora de monseñor Monsalve. Sin embargo, son muchos los prelados que se han graduado de “facilitadores” para que grupos de terroristas marxistas intervengan en la política nacional.
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Sería interesante saber qué opina monseñor Monsalve sobre otras políticas del gobierno, que quizás sí tengan más relación con su misión. ¿Qué opinará monseñor de la política del gobierno en materia de aborto, de “planificación» familiar o de educación sexual? ¿Por qué razón no se pronuncia sobre ninguno de esos temas, pero sí lo hace para defender el «compromiso» del gobierno con grupos guerrilleros como el ELN o las FARC, en este último caso tras los acuerdos de Santos en La Habana?
Decía Miguel Antonio Caro, cuyos escritos sobre Iglesia y política podría repasar monseñor Monsalve, que no se hacen concilios católicos con «obispos protestantes». Yo le diría a monseñor que no se consolida una sociedad cristiana con marxistas que propagan los “errores de Rusia”, para invocar a nuestra hermana Lucía. El papa Francisco ha resuelto no entrometerse en los asuntos políticos de Venezuela, ya que no hacen parte de su órbita espiritual, y no permitió que la Iglesia interviniera en la ayuda humanitaria ofrecida por Donald Trump. Monseñor Monsalve podría atender el ejemplo del Santo Padre, y dejar que el gobierno de Iván Duque maneje la política antiterrorista a su mejor saber y entender, sin que haya un báculo indicando el camino.
*Foto principal: tomada de www.elpais.com.co
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