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Con un ejército sensibilizado en feminismo y homosexualidad, ¿Qué pudo salir mal en Afganistán?

Kabul LGTB
Escrito por Redacción R+F

La confianza de la administración Biden en las capacidades del ejército afgano para repeler los ataques talibanes, dejó en evidencia la ineptitud estratégica y de planeación del actual gobierno americano, así como de la cúpula de su ejército.

Parte de esa ineptitud puede explicarse por una especie de pensamiento “mágico” para resolver las cuestiones sociales que se viene difundiendo desde la academia, y que está corrompiendo instituciones como el ejército.

Como observa el periodista del World Catholic Report, Guillermo Kilpatrick, “el ejército fue una de las primeras instituciones en sucumbir a la doctrina “woke” [consciente de sus privilegios], es decir, a un pensamiento mágico. De la misma forma como activistas radicales pidieron eliminar la financiación a la policía, los generales más ideologizados apoyaron con entusiasmo los programas que condujeron al desarme moral de las tropas. En lugar de consolidar la moral, la unidad y la preparación de las tropas, las socavaron a través de la teoría crítica de la raza, el racismo sistemático, el prejuicio blanco y el orgullo LGBT.”

Apenas en junio, meses antes de la actual catástrofe, la administración Biden le dio prioridad a la promoción del “Orgullo Gay”, como parte de su estrategia política internacional en lugar de prepararse para enfrentar la amenaza talibán.

Decisión que se refleja en la trascendencia que Biden y sus medios de comunicación aliados le dieron, a la decisión de izar la bandera el movimiento homosexual en la Embajada de Kabul. Algo que con seguridad generó repudio universal en la población afgana, talibán y no talibán.

Algo que seguramente sirvió para cohesionar la opinión pública en contra de un régimen que apoyaba semejante corrupción moral.

“El mes de junio es reconocido como el Mes del Orgullo (LGBTI) ”, publicó la embajada en Twitter en junio. “Estados Unidos respeta la dignidad y la igualdad de las personas LGBTI y celebra sus contribuciones a la sociedad. Seguimos comprometidos con el apoyo a los derechos civiles de las minorías, incluidas las personas LGBTI.”, dice el mensaje oficial de la Embajada de EE.UU. en Afganistán.
La bandera del movimiento homosexual también se izó en las bases militares americanas, hoy en control del ejército talibán.

Otra, ahora reliquia, de los intentos de colonización ideológica por parte del progresismo americano, es la maestría feminista de la Universidad de Kabul en “Género y estudios de las mujeres”.

Este reportaje de la BBC muestra a las ONG contratadas por el gobierno americano para difundir la cultura occidental, incluyendo desde igualdad y derechos de las mujeres, hasta clases de “arte conceptual” comenzando con el orinal de Marcel Duchamp, algo que seguramente logró convencer a muchos afganos sobre la degeneración moral promovida por los americanos y sus aliados:

La escandalosa tolerancia americana a los casos de pedofilia

Además de los intentos por parte del gobierno americano de homosexualizar la cultura afgana, llama la atención una política aparentemente institucional de encubrir un creciente número de casos de pedofilia y abuso homosexual, por parte de los altos mandos militares.

Este reportaje del New York Times registró la situación, de la cual la población afgana era consciente:

“El abuso sexual desenfrenado de niños ha sido durante mucho tiempo un problema en Afganistán, particularmente entre los comandantes armados que dominan gran parte del paisaje rural y pueden intimidar a la población. La práctica se llama bacha bazi, literalmente “juego de niños”, y los soldados e infantes de marina estadounidenses han recibido instrucciones de no intervenir, en algunos casos, ni siquiera cuando sus aliados afganos han abusado de niños en bases militares, según entrevistas y registros judiciales.”

El diario inglés The Guardian reportó sobre mafias de pedofilia en Afganistán, que operaban al servicio de funcionarios públicos locales y profesores. Se calcula que las víctimas ascienden a miles de niños.

Como si fuera poco los trabajadores sociales que denunciaron a la mafia de pedofilia, fueron capturadas por las fuerzas de seguridad afganas, cuando se dirigían a la Embajada de EE.UU. Posteriormente fueron dejadas en libertad, gracias a la medición del entonces presidente del país.

El grado de pedofilia en los aliados americanos era tal, que los talibanes decidieron reclutar “esclavos sexuales” para infiltrar las filas de la policía y matar a sus agentes:

“Los talibanes durante casi dos años los han utilizado para montar una ola de ataques tipo “Caballo de Troya”, al menos seis entre enero y abril, que han matado a cientos de policías, según funcionarios de seguridad y judiciales de la provincia. “Los talibanes están enviando muchachos, muchachos guapos, atractivos, para penetrar los puestos de control y matar, drogar y envenenar a los policías”, dijo Ghulam Sakhi Rogh Lewanai, quien fue el jefe de policía de Uruzgan”, reveló un informe del Business Insider y AFP.

Ahora, con el control de los talibanes en el 90% del país, los días de los promotores de la cultura homosexual, el feminismo y explotadores sexuales de niños, podrían tener sus días contados:

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