Entre el 24 de junio y el 28 de agosto Bolivia registró diariamente más de 1.000 casos positivos de Covid-19.
Como respuesta la Asamblea Legislativa de ese país aprobó una ley para autorizar un controversial tratamiento, el 2 de agosto, para regular la elaboración, comercialización, suministro y consentido del dióxido de cloro (CDS) de manera preventiva y como tratamiento para pacientes de coronavirus.
Ahora la curva de contagio ha disiminuido sensiblemente, registrando menos de 200 casos diarios positivos.
El 2 de noviembre contabilizaron sólo 34 casos.
Bolivia baja casos de Covid-19 desde legalización del uso de dióxido de cloro. Durante noviembre no ha aumentado de 100 casos por día.
Según el portal costarricense A Diario CR, la Dra. Patricia Callisperis quien usa ese tratamiento en una ciudad de Costa Rica, explicó:
“Es uno de los descubrimientos más importantes de la medicina en los últimos 100 años y justamente por intereses económicos no se quiere dar a conocer lo real, lo verdadero y lo importante de esta sustancia, porque no cura solo el coronavirus, sino otras enfermedades”, dijo la doctora.
Añadió que el CDS no es un blanqueador y que el hipoclorito de sodio es diferente al dióxido de cloro, “es como querer confundir agua con agua oxigenada”.
“El dióxido de cloro realmente es una sustancia que se viene utilizando desde hace 13 años, ya tiene tres patentes y tiene demasiadas evidencias científicas. No estamos solos aquí en Bolivia, son más de 10 países que estamos unidos para salvar vidas en un grupo de investigación llamado Coalición Mundial Salud y Vida”, concluyó Callisperis.
Las autoridades de salud mexicanas han advertido a la ciudadanía en contra del uso de este producto.
Según un comunicado de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la ingesta de este compuesto puede provocar irritación de la boca, el esófago y el estómago, y se pueden presentar náuseas, vómito y diarrea, además de trastornos cardiovasculares y renales.