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Testimonio impactante: “¡Mi Ángel Custodio ora conmigo!”

Para su sorpresa, se topó con un “audio inesperado”, en el que se percató de que, además de la voz del sacerdote y la de ella siguiendo las oraciones, entre ambas, inmediatamente después de la del padre, se escuchaba nítida y preciosa, la voz de un joven, ¡su ángel de la guarda!, quien –como ella le había pedido– le acompañaba en su oración.

https://youtu.be/edgbP9R4pcY

Luego de un largo proceso de liberación espiritual, y de asumir su nueva vida como corresponde: en la perspectiva de la conversión, de la ascesis, de la vida sacramental, del esfuerzo por permanecer en la Gracia Santificante y de la oración frecuente y constante, esta esposa y madre católica de nombre Gabriela, quien vive al sur de California, narra de manera sencilla y natural esta maravillosa experiencia con su Santo Ángel de la Guarda.

Comenzó a hacer las oraciones dirigidas por un Sacerdote católico, para consolidar su proceso de liberación. Pero antes de ello, quedó impactada por el testimonio de Gloria Polo quien, durante su experiencia de muerte vio cómo su ángel de la guarda iba cabizbajo mientras le acompañaba a su juicio particular debido a sus pecados y al rechazo de Dios, y le pidió perdón por su desobediencia.

Ella también hizo lo mismo, y comenzó a orarle a su Santo Ángel Custodio, pidiéndole –entre otras cosas– que le ayudara a levantarse más temprano, pues le costaba mucho hacerlo. Finalmente, y gracias a la ayuda de su ángel de la guarda, alcanzó la disciplina en los horarios y pudo comenzar a hacer sus oraciones privadas en las mañanas. Literalmente, entrando en su cuarto secreto, como lo dice el Señor en el Evangelio.

Y luego de un tiempo, depurando la grabación que hacía de sus oraciones, encontró una, ante la cual, en lugar de borrarla, sintió el impulso de reproducirla y escucharla. Para su sorpresa, se topó con un “audio inesperado”, en el que se percató de que, además de la voz del sacerdote y la de ella siguiendo las oraciones, entre ambas, inmediatamente después de la del padre, se escuchaba nítida y preciosa, la voz de un joven, ¡su ángel de la guarda!, quien –como ella le había pedido– le acompañaba en su oración.

Escuchemos este maravilloso e imperdible testimonio, en el que Dios permite que conozcamos la realidad de la compañía, intercesión y protección de nuestros Santos Ángeles Custodios.


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