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Vicente Fernández… ¿Masón?

vicente mason

Como corolario, una canción suya que, precisamente, se llama “Que Dios te juzgue, te castigue o te perdone”, cuyas palabras finales son:

«La paz del alma no se compra con dinero, la paz del alma la regala sólo Dios».

Vicente Fernández

En nuestro “post” anterior, en relación con el popular y famoso cantante mexicano recientemente fallecido, Vicente Fernández, destacábamos dos hechos: de una parte, que compuso una canción sobre la Guerra Cristera y, de otra, su manifiesta devoción a la Santísima Virgen María de Guadalupe, “Emperatriz de América”.

Ver: ¿Sabías que Vicente Fernández realizó una canción sobre la Guerra Cristera? – Razon+Fe (razonmasfe.com)

vicente

En tan sólo un día, la nota alcanzó una amplia difusión, de la que se hicieron eco distintas personas a través de algunas redes sociales, entre ellas WhatsApp, Facebook y Telegram.

Para nuestra sorpresa, alguien replicó enviando el facsímil de una carta con logo símbolos y membrete formal, suscrita y firmada por quienes se identifican como el “SUPREMO CONSEJO NACIONAL DE SOBERANOS INSPECTORES GENERALES DEL GRADO 33° Y ULTIMO GRADO DEL RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO”.

Estos indican en el encabezado: “REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, CAMPAMENTO CARIPITO”, y dan las presuntas coordenadas del mismo.

Desde el comienzo de la carta y en los “Considerandos” que la motivan, afirman que “VICENTE FERNÁNDEZ GÓMEZ, fue un fuerte puntal de las columnas de la Institución Masónica dentro y fuera de su Campamento”.

Vicente Fernandez Encabezado Carta Masoneria
Encabezado de la presunta carta de la Masonería, en la cual rinde homenaje a Vicente Fernández como uno de sus miembros más destacados.

Y, como para que no hayan dudas de que pudiera tratarse de un posible homónimo, saludan a su señora esposa con nombre y apellidos, y a cada uno de sus hijos por el nombre de pila. Al final, aparecen los nombres de los miembros con sus respectivas firmas autógrafas.

Vicente Fernandez Carta Masoneria
Vicente Fernández – Facsímil de la Carta de la Masonería

Al indagar sobre los hechos, no se encuentra información que diga de manera explícita que el fallecido compositor y cantante Vicente Fernández tuviera vínculo alguno con la masonería. Aunque ello no desmiente la posibilidad de que sea cierto.

Precisamente, un sitio web llamado “masonería libertaria”, se hace eco de la biografía publicada en el sitio web oficial del cantante, en la que una larga relación de su carrera y éxitos parecieran no indicar nada extraño, hasta que se llega a un párrafo, casi al final, en el que se lee lo siguiente:

«El 22 de Junio del 2010, salió a la venta un histórico concierto de 1984 titulado “Vicente Fernández un Mexicano en la México”. En donde hemos apreciado como el charro de Huentitan logra realizar este gran reto a pesar de las adversidades que tuvo que enfrentar, al llenar el 15 de Septiembre en su totalidad, la Plaza de Toros México y en donde el dios Tlaloc le hizo el milagro, de detenerse la lluvia por unas horas y permitirle dar un emotivo concierto a más de 54,000 almas que llenaron la Plaza de Toros y pudieron ver por más de 2 horas a UN MEXICANO EN LA MEXICO!».

Biografía oficial de Vicente Fernández

La extraña mención, aunque está en la biografía, se le puede atribuir más fácilmente al redactor que al propio Vicente Fernández, a quien tampoco se cita en dicho pasaje como si fuese él quien lo hubiese dicho. Así las cosas, quedan otras dudas:

  1. ¿Acaso hay algún afán de legitimar a una supuesta logia o a la masonería en su conjunto, valiéndose del prestigio del cantante y atribuyendo éste no a su propios méritos y valores sino a un presunto talante masón procedente de su filiación y del tiempo de pertenencia a la hermandad?

  2. En principio, al menos, extraña que el pronunciamiento provenga supuestamente de la “República Bolivariana de Venezuela”, y no de las logias masónicas de México en donde ésta ha tenido asiento y notoria influencia, hasta el punto de que varios de los Presidentes de dicha nación han sido masones declarados.

Por los hechos históricos conocemos cómo entre 1926 y 1929 se desató en México la llamada “Guerra Cristera”, también llamada “Guerra de los Cristeros” o “Cristiada”.

Ver: Cristiada – Catoflix – alimenta tu espíritu (razonmasfe.com).

Esto ocurrió porque el gobierno de Plutarco Elías Calles (cuyo nombre real era Francisco Plutarco Elías Campuzano) –reconocido masón– luego de la revolución mexicana, desató una violenta persecución religiosa disimulada al principio bajo la “Ley Calles” que supuestamente proponía “limitar y controlar el culto católico en la nación, «el cual estaba desbordado y le había dotado de demasiado poder político a los religiosos católicos»” (así lo refiere la redacción de la nota de wikipedia sobre la Guerra Cristera).

La misma nota refiere a continuación lo que es innegable, y que originó primero la resistencia y, luego, el enfrentamiento armado entre el gobierno y los creyentes que dieron su vida bajo la consigna: “¡Viva Cristo Rey!”.

Esto dice la reseña:

La Constitución mexicana de 1917 establecía una política que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias a poseer bienes raíces e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil,8​ entre civiles, efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.

Nota de Wikipedia sobre la Guerra Cristera

Los fieles Católicos tenemos muy claro que “No se puede servir a dos señores” (Mateo 6, 24) y que, dada su naturaleza, no puede haber conciliación posible entre la Fe y la masonería, como tampoco entre la Fe y el Comunismo. En palabras simples, y como lo ha dicho claramente la Iglesia, “no se puede ser creyente y masón, como tampoco se puede ser creyente y comunista”. Ambos (la masonería y el Comunismo) han sido condenados por el Magisterio Formal de la Iglesia.

Como se reseñó en el artículo «Ni en contra de “Francisco”, ni a favor de “Bergoglio” – Razon+Fe (razonmasfe.com)»:

«El beato Papa Pío IX en su Encíclica Quanta Cura del 8 de diciembre de 1864, condenó dieciséis errores en la época. Esta incluyó el famoso “Syllabus complectens praecipuos nostrae aetatis errores (Listado recopilatorio de los principales errores de nuestro tiempo), que recogió proposiciones anteriormente censuradas sobre panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, socialismo, comunismo, francmasonería y varios tipos de liberalismo religioso. Luego lo hizo el Papa San Pío X el 3 de julio de 1907 en el Decreto Lamentabili Sine Exitu, y apenas un mes después en la Encíclica Pascendi Dominici Gregis».

Artículo: «Ni en contra de “Francisco”, ni a favor de “Bergoglio” – Razon+Fe (razonmasfe.com)».

En conclusión –y como procede hacer entre los Católicos– no nos corresponde emitir un juicio temerario –en este caso de una posible condenación–, sino orar por los difuntos –no importa cuán famosos o ilustres hayan sido–, rogando a Dios por la Salvación de sus almas y Misericordia ante sus pecados.

Como lo dijimos en otro artículo:

«De un cristiano se espera que su testimonio de vida sea coherente con la Fe que dice profesar. No basta haber sido una persona amable o bien intencionada, sino un auténtico Testigo de la Verdad. Pero el Juicio definitivo de Salvación o de Condenación no nos pertenece a nosotros, sino a Dios».

Ver: ¿Honras fúnebres o “canonización”? – Razon+Fe (razonmasfe.com)

Pues bien, así como es indispensable evitar el juicio temerario, también procede recordar:

«No llames feliz a nadie antes de su muerte; cuando le llegue el fin se sabrá cómo era».

Eclesiástico 11, 28.

Ninguna oración se pierde. Eso sí, manteniendo presentes siempre las palabras de Nuestro Señor:

«¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma y se condena?».

Marcos 8, 36.

Esa es nuestra postura. A su familia le expresamos las debidas condolencias. Y a nuestros lectores y a los feligreses les instamos a destacar los valores con los que el artista demostró en vida su religiosa piedad y reverencia (Hebreos 12, 28) hacia la Santísima Virgen de Guadalupe.

Lo demás, que lo juzgue Dios (2 Samuel 24, 14), como corresponde. Y como lo cita el Apóstol San Judas Tadeo:

«Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: “El Señor te reprenda”».

Judas 1, 9.

Como corolario, y un póstumo homenaje, una canción suya que, precisamente, se llama “Que Dios te juzgue, te castigue o te perdone”, cuyas palabras finales son:

«La paz del alma no se compra con dinero, la paz del alma la regala sólo Dios».

Vicente Fernández

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