Este martes en la ciudad de La Paz, el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) y plataformas ciudadanas organizaron un ritual neopagano idolátrico denominado ‘ch’alla’, a favor de la ideología democrática liberal y en agradecimiento al ídolo aymara denominado ‘Pachamama’. Las organizaciones presentes en la plaza Avaroa celebraron que, mediante un referéndum, el 21 de febrero de 2016 ganó por mayoría el NO a la reelección presidencial de Evo Morales.
De acuerdo con el diario El Deber, decenas de personas se congregaron en la ciudad sede de gobierno de Bolivia para realizar esta celebración simbólica, con el fin de conmemorar los siete años del referéndum que representó una derrota para el régimen tiránico del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que actualmente gobierna el país mediante Luis Arce. El vocero del Conade, Manuel Morales, reafirmó su adhesión a la falsa religión neopagana aymara: «Hoy hemos ch’allado y conmemorado los siete años del 21-F y ratificamos que la lucha continúa».
Los dirigentes de las organizaciones opositoras realizaron el ritual de ch’alla para acompañar la reinstalación de un ‘mojón’ (pilar de madera) en la plaza Avaroa, ubicada en la zona de Sopocachi de La Paz. Anteriormente, en el mismo lugar había otro mojón en homenaje al 21-F, que resultó quemado por un grupo de simpatizantes del MAS. Los mojones son pilares que se han colocado a lo largo de estos años en puntos estratégicos de algunas ciudades de Bolivia para ratificar la defensa del régimen democrático liberal frente al régimen socialista presuntamente antidemocrático del MAS.
La ch’alla es un ritual neopagano que consiste en brindar con bebidas alcohólicas en agradecimiento a la ‘Madre Tierra’ o Pachamama, falso dios de la falsa religión aymara neopagana. El acto se suele acompañar con pétalos de flores, duraznos, lucmas, chicha, alcohol, azúcar o confite, además de serpentinas, banderines y globos.
Según indican los mismos testimonios de las comerciantes que venden estos insumos en vísperas del ‘martes de ch’alla’ (que comienza en la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria), rociar estos objetos constituye un ritual de agradecimiento y petición de favores a los ídolos andinos. «Los dioses son alimentados con rituales, ofrendas, música y danza, para que luego procuren condiciones óptimas para el crecimiento y la maduración de la cosecha, la producción de chuño y tunta», de acuerdo con el sociólogo David Mendoza.
Desde Razón+Fe, pedimos a nuestros lectores rezar un acto de desagravio por este culto idolátrico realizado por personas que, conociendo al Dios verdadero, prefieren rendir homenaje y agradecer a un falso dios como la Pachamama, acto que solo brinda desgracias para las naciones.
Acto de desagravio (compuesto por Su Santidad Pío XI)
¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.
Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.
Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.
¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.