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Las mentiras de la ONU sobre la chica embarazada en Bolivia

ONU aborto Bolivia
Escrito por Gabriel Pinedo

Breve análisis a la carta de la Organización de las Naciones Unidas sobre la chica embarazada en Bolivia que decidió no quitarle la vida a su bebé.

Este miércoles, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pronunció mediante una carta respecto a la situación delicada que vive Bolivia: el caso de la muchacha violada ha despertado sensibilidades. Hoy vamos a destruir ciertas falsedades que está promoviendo esta institución.

¿Embarazos forzados? ¿Tortura?

El Sistema de Naciones Unidas en Bolivia (ONU Bolivia) hace un llamado urgente a intensificar los esfuerzos para la protección de los derechos de las niñas víctimas de violencia sexual y de embarazos forzados, manifestaciones extremas de violencia por motivos de género, que se constituyen en actos de tortura.

Mediante esta parte de su carta, la ONU hace un llamado a sus sátrapas ideológicos, es decir, el gobierno boliviano, su aparato burocrático, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y colectivos feministas. ¿Qué necesita? Que produzcan más y más propaganda, es decir, mentiras que hagan quedar mal a la Iglesia Católica y a todo aquel que defienda la vida de los niños inocentes.

Esto se hace más evidente aún cuando califica de ‘embarazo forzado’ a un proceso de gestación permitido naturalmente. Y no se malentienda esto: dejar que la naturaleza siga su curso no implica justificar la violación. La violación se condena, así como el asesinato de los niños dentro del vientre. Cooperar con el nacimiento del bebé en gestación no significa cooperar con la violación, porque la existencia del bebé es posterior a la violación.

Pongamos un ejemplo para que se entienda: si existe una relación sexual adúltera y nace un hijo de ahí, ¿significa que debemos matar al hijo porque nació del pecado? ¿Es malo darle de beber y comer, educarlo, bañarlo y cuidarlo? ¿Esas acciones ayudan a cooperar con el mal que fue la relación adúltera? No, no y no.

Otro ejemplo: nuestros países hispanoamericanos nacieron de la secesión masónica antihispánica. Eso es algo malo: logias moviendo a sus secuaces por doquier, matanza, violencia contra la Santa Iglesia Católica. ¿Significa eso que es malo llamarnos colombianos, argentinos, bolivianos, etc., utilizar nuestros símbolos patrios y cantar música patria? ¿Significa eso que estamos cooperando con la masonería por amar a nuestra patria? No, no y no.

De la misma manera, es malicioso, abominable y desquiciado llamar ‘cómplices de la violación‘ a quienes favorezcan el nacimiento de este bebé. Es más, sin darse cuenta quizá, las feministas están aplicando una lógica protestantoide al no discernir entre cooperación remota y cooperación próxima con el mal.

Además, la ONU llama ‘actos de tortura’ a las acciones orientadas a ejecutar la ley natural, es decir, permitir que el niño inocente nazca. Definamos qué es en realidad una “tortura”, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE):

Tortura:

«Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo».

¿Qué confesión necesitó obtener la Iglesia de la chica embarazada? ¿Qué castigo? ¿Castigo por qué? Calificar de ‘tortura’ el hecho de permitir el proceso de gestación es una calumnia vil y asquerosa. ¡No es justo faltar a la verdad con semejante tontería!

Omisión de las consecuencias del aborto

“El embarazo de una niña no solo pone en riesgo su vida, su salud y su proyecto de vida, sino que también atenta contra su salud mental y emocional, su autonomía corporal, alentando y reforzando las desigualdades, el ciclo de la pobreza y la discriminación”.

Para la ONU, el embarazo constituye un riesgo para la chica. ¿Y el aborto no? Son frecuentes los casos de síndrome post aborto, pero para no alargarnos, en este enlace hay un estudio abundante sobre el tema. En otras palabras: el aborto no sale gratis, tiene sus consecuencias gravísimas en la vida de las mujeres.

  • El 55% de las mujeres que habrían abortado sufrió pesadillas y preocupación por el aborto.
  • El 58% informa de pensamientos suicidas que relacionan directamente con sus abortos.
  • El 68% revela que se siente mal consigo misma.
  • El 79% informó de culpabilidad con incapacidad de perdonarse a sí misma.
  • El 63% tiene miedo respecto a sus futuros embarazos.
  • El 49% tiene problemas al estar cerca de bebés.
  • 67% se describe como ‘emocionalmente entumecidas’.

¿Que el embarazo atenta contra la autonomía corporal de la niña? ¿Qué es ‘autonomía corporal’? Son bien conocidos los eslogans feministas de ‘mi cuerpo, mi decisión’. ¿Uno decide sobre su propio cuerpo? Por supuesto que decide, pero ¿decide bien? ¡He ahí el fondo de la cuestión! No basta con ‘decidir’, hay que tomar buenas decisiones.

Si usted decide masturbarse, ¿tomó una buena o una mala decisión? ¡Evidentemente, malísima decisión! Si usted decide suicidarse, ¿tomó una buena o una mala decisión? ¡Una pésima decisión! La decisión por sí sola no está automáticamente justificada. La bondad o maldad de las cosas no dependen de la voluntad a secas: tiene que haber un intelecto que las guíe.

¿Que el embarazo alienta y refuerza las desigualdades? ¿Qué desigualdades? ¡Si la Iglesia ofreció techo y las atenciones necesarias a esa chica! ¿De qué desigualdad hablan cuando hay centros de acogida dispuestos a reducir esa desigualdad?

La ONU: a favor del totalitarismo

“Es imprescindible que, en caso de violencia sexual y embarazos, el Estado active los mecanismos de protección integral de manera oportuna, incluidos los servicios de salud, para garantizar el cumplimiento de las normas internacionales y nacionales vigentes para el ejercicio de los derechos de las niñas. Ellas y sus familias, antes de otorgar consentimiento o tomar una decisión, deben recibir información y orientación clara, científica y oportuna, respetando su confidencialidad y privacidad, evitando presiones sociales, religiosas o de otra índole que promuevan la revictimización y atenten contra sus derechos”.

Mediante estas declaraciones, la ONU demuestra que favorece la omnipotencia del Estado a la hora de implantar su agenda ideológica. No pide que el Estado cuide la salud de la niña y de la criatura inocente que lleva en su interior, sino que asegure que se cumplen las normas nacionales e internacionales que favorecen al aborto. Este concepto se disfraza con ‘derechos de las niñas’.

Si la ONU realmente se preocupara por los derechos de las menores de edad, dejaría todo en manos de la Iglesia, que ya tomó la responsabilidad de su cuidado en el hogar ‘Madre María’. Derecho a asesinar no hay, así que no se puede hablar de (ni mucho menos permitir) que el Estado facilite y acabe promoviendo el asesinato de los inocentes.

Por otro lado, ¿qué es ‘recibir información y orientación clara, científica y oportuna’? ¿’Evitando presiones sociales o religiosas’? ¡Obviamente la ONU quiere que se imponga su ideología! Y para eso, quiere ejercer presión: recordemos que toda ideología es una parodia de religión.

Al parecer, para la ONU, no hay información que valga que no sea la que favorece al aborto. Dice que quiere que se evite la presión social, y sin embargo no dice nada de la presión que ejercen los colectivos y ONG bolivianos y extranjeros que presionaron a la familia y al centro médico a lo largo de estos días.

Por si fuera poco, en pleno siglo XXI, la ONU se atreve a confrontar ciencia y religión, sacando a relucir su positivismo, es decir, su idea de que las ciencias naturales son la única fuente de verdad y las metafísicas son fantasía. Esto es a todas luces absurdo, porque la institución pretende imponer ideas no comprobadas ‘científicamente’, es decir, que no pasaron por el método experimental.

Además, ¿de qué información científica hablamos, si hasta ahora la Defensoría y las ONG feministas no han mostrado uno solo de los informes médicos que indican la salud de la chica? De acuerdo al delegado episcopal de la Arquidiócesis de Santa Cruz en una entrevista por el canal Bolivisión, los resultados médicos indicaron que la chica se encontraba en buen estado de salud.

Más y más eufemismos baratos

«Someter a una niña a un embarazo forzado está calificado como tortura. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), en la Recomendación General 35, señala que la vulneración del derecho a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas, como la continuación forzada del embarazo, son “formas de violencia por razón de género que, según las circunstancias, pueden constituir tortura o trato cruel, inhumano o degradante”. Así también, el Comité Contra la Tortura, en reiteradas oportunidades ha establecido que la prohibición de la interrupción del embarazo puede constituir tortura o maltrato porque pone a las mujeres en riesgo de mortalidad materna evitable».

Ya vimos por qué es falso afirmar que continuar el proceso de gestación sea ‘tortura’, así que veamos el concepto que se utiliza: ’embarazo forzado’. ¿Qué es un ‘embarazo forzado’? ¿Se puede forzar un embarazo? ¿Se puede obligar a llevar a cabo un proceso natural? Hay que reiterar que lo natural no es la violación, ese es un hecho trágico y abominable. Lo natural es lo que viene después de eso y de cualquier unión de un óvulo con un espermatozoide: la vida.

¿Dejar que el embarazo siga su curso es una forma de violencia por razón de género? Los géneros son para las palabras, no para las personas. Ahora, si hablamos del sexo, de macho y hembra, tampoco puede ser violencia. ¿Quién ha golpeado a la chica específicamente ‘por ser mujer’? ¿Quién la escupió o insultó ‘por ser mujer’? La categoría ‘violencia por razón de género’ es una absoluta insensatez, y más todavía en este caso.

Las mujeres asesinadas lo son por causas tan diversas como los varones: celos, pasiones, odios, envidias, etc. Hay que ser tremendo desquiciado para pensar que es común asesinar a una mujer por el hecho de ser mujer. Si un varón cualquiera intentara justificarse así, entonces debería matar rápidamente a todas las mujeres que ve en su vida, que seguramente no son pocas. Y eso no sucedió.

¿Dejar que el embarazo siga su curso es un trato ‘cruel, inhumano y degradante’? ¡Si fue la chica misma quien lo decidió! ¿Cómo puede alguien tratarse de manera cruel, inhumana y degradante a sí mismo? Se entendería que un ’emo’ lo hiciera, o alguien sadomasoquista, pero ¿una chica de 11 años que ha demostrado pleno y sano uso de sus facultades mentales?

Además, ¿quién es el Comité Contra la Tortura para decirnos qué hacer? Si las leyes humanas contradicen a la ley natural, necesariamente se equivocan. Debemos obedecer a las leyes civiles siempre y cuando sean justas; pero su injusticia les quita autoridad. Objetivamente, todo aborto está mal. Con los avances actuales de la medicina, es mucho más factible proteger la vida de las mujeres embarazadas que dan a luz y evitar que tengan incluso el llamado aborto espontáneo.

La mentira más grande de la pérfida ONU

El Código Niña, Niño y Adolescente, en su artículo 148, garantiza a las niñas el derecho a ser protegidas contra la violencia sexual. Además, la Sentencia Constitucional Plurinacional 0206/2014 establece que la mujer y la niña podrán, como una opción, acceder a la interrupción legal del embarazo en caso de violación, incesto, estupro y cuando su vida o salud esté en riesgo.

Exacto, el Código garantiza que las adolescentes deben ser protegidas contra la violencia sexual, y esa violencia sexual ya sucedió en el pasado, así que lo único que queda es el castigo al violador y la ayuda psicológica a la muchacha. No hay nada que justifique al aborto aquí.

Pero vayamos a la cereza del pastel: ¿la Sentencia Constitucional favorece la ‘interrupción legal del embarazo’? ¡Esta falsedad es una vil y absoluta mentira! No favorece la interrupción ‘legal’: favorece el aborto impune en casos de violación.

¿Eso qué significa? Que el aborto sigue estando penado por ley en Bolivia, sigue siendo un crimen, pero en caso de que el embarazo resulte de una agresión sexual, la autoridad pública no castiga ese crimen si es que se llega a realizar. Énfasis en esto último, porque así como la ley lo permite, tampoco lo obliga. Eso quiere decir que abortar no es obligación de las mujeres violadas.

Es injusto, es cruel contra los niños inocentes dentro del vientre materno, pero es lo que indica la ley boliviana en verdad. No habla de ninguna ‘interrupción legal’, sino de aborto no punible. La Defensoría del Pueblo boliviana se suele referir al aborto no punible como ‘Interrupción Legal del Embarazo‘ (ILE), cuando en realidad no es así.

La legalidad o no de algo se entiende respecto al bien jurídico que protege. En el caso del aborto, la legislación boliviana protege la vida del niño dentro del vientre materno, es decir, la considera un bien. El aborto está penado, pero en casos de violación puede no ser penado.

La ONU, a favor de la degeneración moral

“Naciones Unidas reafirma su compromiso de continuar trabajando por la promoción del cumplimiento de los derechos humanos fundamentales y la prevención de la violencia sexual y de embarazos no deseados, mucho más en niñas, a través del fortalecimiento de los servicios de atención y protección, la educación integral de la sexualidad, y el fomento de masculinidades positivas en el sistema educativo, en las familias y comunidades”.

¿Prevención de la violencia sexual? ¡Tremendos canallas, no están previniendo nada! Si realmente quisieran prevenir la violencia sexual, promoverían la castidad en los varones, la modestia en las mujeres, y toda una serie de factores que contribuyen a erradicar esos malos deseos.

Además, ¿prevención de embarazos no deseados? ¿O sea que un embarazo es bueno por el simple hecho de ser ‘deseado’? Ese error se llama voluntarismo, y consiste en atribuir a la voluntad el atributo único de verdad y bien. Según esa forma de pensar equivocada, las cosas son buenas y verdaderas porque así lo queremos, no porque lo sean sin importar nuestra decisión.

La categoría ‘no deseado’ habitualmente supone que es lícito en una relación sexual utilizar métodos anticonceptivos para evitar engendrar a un nuevo ser. Eso es contrario al derecho natural y no se debe permitir. En otras palabras, el concepto de ’embarazo no deseado’ es tramposo, porque incluye no solo a las violaciones, sino también a cualquier relación sexual lograda mediante fornicación, adulterio, etc.

Por último, ¿fomento de masculinidades positivas? ¿Qué es una ‘masculinidad positiva’? ¿Aquella que agrada a la ONU? ¿O sea que no hay una forma de ser masculino, sino varias? Ese es un delito contra natura.

No se puede suponer que existen varias formas aceptables de ser varón. Hay tanta variedad de personalidades, es decir, de casos de aplicación de los principios generales, como varones hay en la tierra. Mas eso no significa que sea sano y justo negar los principios de una masculinidad acorde al orden natural.

Presión para legalizar el aborto

Finalmente, ONU Bolivia reitera la importancia de contar con una ley marco de derechos sexuales y derechos reproductivos compatible con otras normas referidas a la salud e integridad física, psicológica y emocional de las niñas, para poner fin al silencio y la impunidad, asegurando que ellas puedan alcanzar su pleno potencial y desarrollo.

Es aquí donde la ONU se quiere atribuir el papel de juez y dictar que el aborto (‘derechos sexuales’) es algo lícito y deseable para un país. Asimismo, la ONU parece pensar que solo el aborto pone fin al silencio y a la impunidad, ¡cuando ni siquiera menciona al violador! ¿Dónde quedó el violador en todo esto? ¿Se fue a la China? ¿Por qué no vemos que se mencione en ningún párrafo de su carta?

Recordemos cómo el Foro de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) disfraza sus perversos objetivos abortistas en la Agenda 2030: «Garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y a los derechos reproductivos». Eso significa, lógicamente, legalizar el aborto e intensificar la propaganda a favor de los anticonceptivos.

¿Cómo lo sabemos? Por el artículo donde la organización puntualiza esta cuestión: habla de «disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos» y «tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable». Como vemos, la UNFPA quiere arrasar con la familia enfatizando y promoviendo de manera acuciosa la idea liberal de que la relación sexual es legítima fuera del matrimonio.

La ONU es una pérfida institución que solo viene a perjudicar a la ciudadanía. No permitamos que asquerosas sectas como esta nos impongan su perversa ideología, llena de falacias y absurdos. El aborto es un crimen y nada de lo que hagamos va a cambiar esa verdad tan fundamental.

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