El domingo pasado El Espectador publicó una nuevo artículo dirigido a “tumbar” al General Sanabria, quien desde su nombramiento ha reconocido abiertamente su fe católica.
“Muchos piden hoy al gobierno Petro retirar a Sanabria de su posición.”
– Cecilia Orozco Tascón
El artículo sigue la típica estrategia de difamación masónico: utiliza una sola fuente anónima, pone en segundo plano los hechos para resaltar las percepciones (no se presiona a nadie, pero se “sienten” presionados), no contrasta las afirmaciones calumniosas con las personas implicadas ni con fuentes de la institución en posición de conocer los hechos, no contra pregunta cuando se hacen afirmaciones poco creíbles, y sobretodo, usa la figura de un supuesto “católico practicante” para dar voz a unas preocupaciones y unos puntos de vista típicamente masónicos.
Orozco, implacable perseguidora de católicos practicantes, pregunta a un supuesto oficial con 25 años en la Policía:
“…quisiera saber cuál es su opinión personal sobre afirmaciones de su director en el sentido de que él ha disuelto marchas violentas exponiendo un crucifijo ante los manifestantes o que él ha enfrentado al “Maligno” mediante oraciones.”
Frente a lo cual la fuente responde, “Su fanatismo es irrespetuoso con quienes no sienten o piensan como él. Ahora, en cuanto a su pregunta directa, la delincuencia no se combate con un crucifijo…”.
Una simple descalificación de sus creencias, sin tocar decisiones administrativas ni actuaciones concretas del General Sanabria.
En la entrevista se afirma que los policías del círculo más cercano del general Sanabria “deben expresar públicamente que profesan las mismas creencias religiosas que él” para mantener posiciones privilegiadas. Antes de su llegada, pocos iban a misa y algunos se quedaban en los pasillos a escucharla. Ahora, la asistencia ha aumentado significativamente, y se estima que alrededor del 80-85% del personal asiste a la capilla, especialmente aquellos más cercanos al director.
“…quienes son más cercanos al director rezan y hasta se lanzan al piso de rodillas para que él los vea.”
Una crítica que se dirige más a quienes, en cualquier institución, fingen una identidad hipócritamente para aspirar un ascenso laboral. Sin descartar, que lo que esté pasando en realidad sea que el buen ejemplo del General ha cundido de forma natural entre sus compañeros de trabajo.
En todo caso el artículo enfoca al General como un tirano, sin hacer referencia a ninguna actuación suya, de modo que la calumnia sea inmune a los hechos.
También se acusa a Sanabria de “no atender” a quienes no están en gracia de Dios:
“El general Sanabria no atiende a quien se haya divorciado, a quien conviva en unión libre o a quien pertenezca a las comunidades LGBTI, supuestamente porque la religión no se lo permite. Y si uno le pide cita a la general Yackeline debe pasar primero por un filtro de “revisión” que ejerce una capitán que apoya a la subdirectora en sus labores. Esta capitán se precia de tener “superpoderes” con los que determina si usted tiene buena o mala energía.”
“…es vidente y que tiene el don de la predicción, según ella afirma. La capitán se queda mirando a quien tiene al frente, después asegura que su aura está “negra”, que ella tuvo un sueño y que puede pasar algo negativo. Luego dice que hay que ir al retiro espiritual con la esposa para combatir los males. Y que la general Yackeline invita a que uno vaya a esos retiros.”
Algo que uno podría creer que ocurre en las oficinas del periódico del Tarot de Mavé, el que permanente difunde artículos sobre Reiki, Chakras y otras supersticiones “holísticas”, antes que en el despacho de un católico practicante.
El artículo también describe la situación como de una persecución contra los que no tienen suficiente fervor religioso, o no están de acuerdo con los retiros espirituales forzosos:
“Quienes no demuestren que viven para la religión y sus prácticas se convierten en sus “enemigos”, aunque nadie los declare explícitamente así. Hay varios generales que han tenido inconvenientes de trabajo por no estar de acuerdo con esos excesos.”
El denunciante anónimo también acusa a la Dirección de la Policía de hacer traslados a lugares apartados como castigo, a quienes se separan o divorcian. Esta sería la razón por la cual tantos policías se retiran de la institución.
Llama la atención que el denunciante anónimo cumple con el perfil del masón colombiano ideal: se declara “católico practicante”, no se arrodilla en misa, jamás habla de su fe en público (salvo para difamar a otro católico más practicante que él), es defensor del divorcio y la diversidad sexual contra la doctrina moral de la Iglesia, y por supuesto, no cree en una acción real del demonio en el mundo.
El Espectador insinúa la existencia un vínculo corrupto entre el General Sanabria y Lazos de Amor Mariano
Finalmente, el articulo presenta una acusación contra Lazos de Amor Mariano, una asociación de fieles católicos con mucho crecimiento en Colombia, insinuando que los oficiales deben pagarle a organización para acceder al despacho de la Dirección General de la Policía.
“Se desconoce cuál convenio liga a la Policía con esta entidad particular ni si los recursos obtenidos de la realización de retiros para los uniformados, le deja a la institución oficial beneficios aparte de los “espirituales” que supuestamente obtienen quienes van a recibir las bendiciones católicas.”
– Cecilia Orozco Tascón
Insinuando la existencia de un acuerdo que podría tener consecuencias disciplinarias, políticas y por supuesto, penales.
Esto dice el aparta de la entrevista al respecto:
¿Los obligan a ir a retiros espirituales como precondición para tener una entrevista con la subdirectora?
En la práctica es así. La capitán, en la que confía plenamente la subdirectora, perfila y clasifica a quienes lleguen a su oficina. A muchos -no sé si a todos- les indica que hay que ir a retiros espirituales con la esposa, antes de que puedan ser recibidos por la general Yackeline.
¿Ha ido a esos retiros?
No, nunca he ido. Para ser sincero, les he “sacado el cuerpo” y no he asistido. Pero muchos uniformados hacen los retiros por temor.
Algunos oficiales que han hablado con periodistas han dicho que les cobran por su asistencia a retiros espirituales. ¿Es cierto?
Sí. A mí y a otros nos han dicho que para ir a un retiro espiritual de tres o cuatro días hay que pagar $725.000 por pareja. Es plata que sale de nuestros bolsillos. No se paga con el presupuesto oficial de la Policía.
¿En dónde hacen los retiros?
Como le digo, nunca he ido, pero a los oficiales que sí han estado les dicen que deben hacer los retiros en una asociación privada de católicos que se llama Lazos de Amor Mariano.
Sin duda la nota busca no sólo ambientar una revuelta política contra el General Sanabria, como un castigo por su profesión pública de fe católica, sino desviar la atención del desmantelamiento que el Gobierno Petro está haciendo de la fuerza pública, generando un éxodo entre policías y militares, al crear un distractor alterno al cual atribuir el malestar.
Los católicos no podemos ser indiferentes en esta guerra de calumnias contra quienes no se avergüenzan de su fe, ni se rinden ante los dictados del laicismo anticristiano y de la corrección política.
Por eso te invitamos a firmar esta petición de apoyo al General Sanabria:
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Las firmas recogidas con esta petición se remitirán al Congreso como respaldo político a la libertad religiosa del General Sanabria, frente a la cacería de brujas anticatólica que se está montando en su contra.
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Entendí que una sociedad laica era aquella en donde todos cabemos y se acepta la libertad de culto. Pero lo que aquí aparece es que todos caben menos los católicos. Es un asco de sociedad esta en la que pelea dizque por la inclusión, pero en donde nosotros sobramos.