Publicado por Actuall | Por Candela Sande -19/05/2020
(Síntesis de lo escrito por la autora).
‘Tito’, que no puede tomar prácticamente decisión alguna por su cuenta, deberá fingir de por vida tener el sexo opuesto al natural. Si hubiera dicho que era un dinosaurio, o un gato, o un astronauta, nadie le hubiera tomado en serio.
El país austral parece feliz del disparate, que sigue los pasos de Luana, de 6 años, que en el 2013 había sido la primera ‘niña’ trans de Argentina y del mundo. Dice la revista argentina Perfil:
‘Tito’ lloraba si le ponían un vestido, no le gustaban los juguetes “de niña” ni que le dijeran que se parecía a su hermana mayor, y solo disfrutaba cuando vestía la ropa de su primo. Hacia los dos años empezó a hablar de sí misma en masculino y cuando jugaba con su hermana, se empeñaba a fingirse chico.
Se sabe que la verdadera identificación sexual se produce en la pubertad. De hecho, es de sobra conocido -y cuidadosamente ocultado- el dato de que entre el ochenta y el noventa por ciento de los niños que se identifican con el sexo contrario al biológico superan esta disforia de modo espontáneo tras la pubertad.
Pero ‘Tito’ ya no podrá saberlo. Muy pronto cayó en manos de uno de los especímenes más peligrosos de la era moderna que solo responden a una ideología reduccionista: las ONG. En este caso, se trata de la Asociación por un Mundo Igualitario (AMI), una ONG argentina que los acompaña con asesoramiento legal y psicológico y que logró que la niña cambiara oficialmente su sexo en el Registro Provincial de las Personas de Mar del Plata.
Nada ha cambiado básicamente de lo que sabemos. Pero en cosa de una década se ha convertido en dogma del pensamiento único que algo tan anclado en nuestra realidad biológica puede cambiar por decreto con solo desearlo. Bienvenidos al siglo XXI, la era en que la realidad se ha vuelto opcional.
En uno de sus conciertos en directo, ese icono perfecto de nuestros días que es la cantante Lady Gaga exclamó ante sus fieles entregados:
“¿Sabéis lo que odio? La verdad”.
Lady Gaga
Cuando yo era joven, el progresismo quería cambiar un sistema político. Pero desde hace tiempo es una mera revuelta contra la realidad y esa va a ser precisamente su perdición, aunque no sin antes destruir nuestra civilización y dejar tras de sí un reguero interminable de vidas rotas.
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