Uno de los trinos provida más comentados sobre la jornada cívica frente a la Corte Constitucional, fue el de este vídeo en el que una activista declara con sorna que le encanta comer bebés:
La respuesta de uno de las feminazis que llegaron frente al corte.
— EL CIUDADANO (@GusAdolfoOrtiz) March 2, 2020
“comer el feto”
Loca, pero re-demente.
Estos son algunos de los que defienden el asesinato de niños. #NoAlAborto pic.twitter.com/D8iV37TgwZ
Si bien esa declaración tan repugnante lo que buscaba era responder con la misma moneda a la aparente provocación de un provida, el mensaje ofrece una mirada profunda a las actitudes y a la mentalidad de las nuevas generaciones de abortistas, que bien pueden calificarse de feminazis por su estilo violento y transgresor.
Estar a favor de la vida o del aborto de manera radical, es el reflejo de una visión ética y teológica profunda, que da lugar a dos culturas totalmente opuestas y enfrentadas entre sí, cada una con una estética, actitudes, costumbres e imaginario propio.

Muchos de los jóvenes que han sido formados en la idea de que la norma máxima de moralidad es el placer propio o en la satisfacción del propio proyecto de vida a cualquier precio, terminan expresando una jerarquía moral según la cual los animales tienen más valor los seres humanos.

En la raíz del movimiento abortista existe en un deseo autonomía y de rebelión contra Dios y el orden natural, del cual Satanás es el mejor exponente.
De modo que el Satanismo, con sus ideales autonomía sobre el bien y el mal de espaldas a Dios, y el movimiento secularista de los “derechos humanos”, concentrado en “superar” una visión jurídica anclada en la visión cristiana del hombre, terminan al final encontrándose por afinidad, antes que por una estrategia conjunta entre ambos movimientos.

Esto es cada vez más notorio en las facultades de artes de las universidades públicas colombianas, que comienzan a abrazar el satanismo y la blasfemia como una forma “novedosa” de arte, con gran “potencia” comunicacional en medio de una sociedad cada vez más apática frente a la decadencia del arte contemporáneo.

Es así como quienes son reclutados por este movimiento multifacético (feminista, animalista, ecologista), que en principio parece inspirado en la defensa de ideas nobles como los derechos humanos o la solidaridad con los oprimidos, lentamente termina asumiendo esa estética oscura y esa actitud violenta propia de quienes se rebelan contra Dios.
La agresión de los Pro-Abortistas es inaceptable ??? tenemos derecho a defender la #Vida
— Marco Fidel Ramírez (@7MarcoFidelR) March 2, 2020
➡️Plantón #Provida frente a Corte #NoAlAborto #SíAlaVida #CorteNoMásAborto #PañuelazoPorLaVida #Colombia @NoticiasRCN @UnidosxlaVidaCo @rcnradio @CaracolRadio@Citytv @CNNEE @NewsIglesia pic.twitter.com/wAfZtySgyD
Por ese mismo camino el ecologismo radical ha dio degenerando en un odio hacia el ser humano, y llenándose de un profundo sentido de desesperanza que comienza a hacer estragos en la salud mental de los más jóvenes.
Por el contrario, la respuesta a ese movimiento ese movimiento deshumanizante y destructor no puede venir solo del dominio de conocimientos en biología, medicina, psicología o derecho, sino que debe estar sostenido por una sólida visión ética y teológica.
La Cultura de la Vida surge naturalmente de una visión capaz de ofrecer un amor hasta el heroísmo, una esperanza contra toda adversidad y una certeza en el triunfo final del bien sobre el mal, que sólo puede ofrecer el cristianismo.

Es por eso que iniciativas de oración como 40 Días por la Vida han movilizado tanto al movimiento provida, y ha dado unos frutos de conversión como no se habían visto antes en la larga lucha de la defensa de la vida en Colombia.
Sería un error avergonzarse de las manifestaciones públicas de fe en medio de las movilizaciones provida, si bien es prudente que los estrategas piensen cómo conviene más presentarlas, o y cuando son pertinentes y cuando no.
El punto de quiebre entre el aborto y la Eucaristía: “Este es mi cuerpo” | Razon+Fe
“El aborto es la parodia demoniaca del Anticristo sobre la Eucaristía. Por eso usa las mismas palabras sagradas: “Este es mi cuerpo”. Pero en un sentido opuesto y blasfemo”. – Dr. Peter Kreeft Esta aguda observación la hizo el profesor de filosofía de Boston Peter Kreeft, uno de los líderes católicos provida más incisivos de Estados Unidos.