Estimados amigos Provida
Personas e instituciones todas que luchan en Defensa de Vida
Juan Sebastián Medina tiene nombre y su valiente abuela y su padre lucharon por la vía legal para que no fuera asesinado. Esto nos lleva a presumir que fue bautizado de deseo: “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).
“Dios llama a cada uno por su nombre (Cfr. Is 43, 1; Juan 10, 3). El nombre de todo hombre es sagrado. El nombre es la imagen de la persona y exige respeto en señal de reconocimiento de la dignidad de quien lo lleva.” Nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica. (CIC 2158).
Juan Sebastián fue martirizado por la Clínica Privada de PROFAMILIA y su sangre clama al cielo. La Conferencia Episcopal de Colombia que congrega dos (2) Cardenales y setenta y tres (73) Obispos, se ha pronunciado esta semana pidiendo a todos los colombianos jornadas de oración y reparación por las victimas del aborto.
En el pasado mes de noviembre masas de agitadores pagados por Rusia, Cuba y Venezuela, en el marco de las pre celebraciones de los 100 años de aprobado el aborto en Rusia (1920), convocaron a recorrer las calles colombianas en señal de protesta civil, muchos iban haciendo destrozos.
Quisieron además imponer una costumbre que no es colombiana, ni católica, como salir a hacer sonar cacerolas pidiendo comida. Gracias a la Divina Providencia Colombia es un país bendecido por Dios con una naturaleza que produce una gran diversidad de alimentos. Batir cacerolas es un ritual africano yoruba para pedir comida a los demonios a través de sus ídolos, que está siendo importado al país por agitadores comunistas venidos de Venezuela.
Los católicos debemos seguir las indicaciones de nuestros pastores, los señores Obispos que en la Circular No 43 del 11 de febrero pasado, nos llaman a la reflexión y la oración reparadora, no a hacer marchas ni cacerolazos, para medir fuerzas con los subversivos a ver quién democráticamente tiene más adeptos.
El aborto no es una cuestión de plantones de mayorías a favor o en contra, sino un crimen horroroso que clama al cielo por venganza y el país entero debe reflexionar, orar y hacer penitencia, pidiendo al Sagrado Corazón de Jesús por intercesión de su Santísima Madre, que tengan compasión de esta adolorida patria y no la castiguen como lo merece por su atonía moral. Dios es misericordioso, pero también es el Dios de las venganzas de la sangre que pide al cielo justicia.
Recordemos que: “el nombre recibido en el bautismo es un nombre de eternidad. En el reino de Dios, ese carácter misterioso y único de cada persona marcada con el Nombre de Dios brillará a plena luz”. Se nos enseña en los antiguos textos.
La muerte de Juan Sebastián ocurrida después de haber hecho el transito legal y pacífico ante las autoridades judiciales y de salud, demuestra claramente la maldad de la norma reglamentaria que la Corte Constitucional le está exigiendo al Ministerio de Salud que expida.
Pidamos todos a nuestros señores Obispos y al señor Presidente de la República que decreten un día de duelo nacional por el martirio infame y bautismo de deseo y sangre de que fue objeto Juan Sebastián, acompañado ese día de misas reparadoras en todas las parroquias del país.
Atentamente,
María Fabianne Arias Guevara
Rectora de la Escuela de Nazaret
Abogada
14 de febrero de 2020, fiesta de San Cirilo y San Metodio.