En los últimos días Profamilia, la filial de IPPF en Colombia, ha retomado su campaña de promoción de sus servicios de aborto en las principales ciudades del país.
Bajo el lema «La decisión es tuya», Profamilia logró duplicar sus ingresos por la práctica de abortos en sólo un año, y espera romper ese record este año, con una campaña mucho más agresiva.
La multimillonaria empresa que en 2015 facturó 79.000 millones de pesos, principalmente por la comercialización de anticonceptivos y abortivos, duplicó el número de abortos frente a los realizados el año anterior, el cual había crecido lentamente desde 2006.
Gran parte de la disparada en el número de abortos, se debe a que las entidades promotoras del aborto en Colombia, con la complacencia de las autoridades encargadas (Fiscalía, Corte Constitucional y Gobierno Santos), han logrado que la población entienda que en la práctica no hay ninguna restricción legal para la realización de abortos en Colombia, pues para que se cumpla con los supuestamente «estrictos requisitos de despenalización», basta con que el interesado lo manifieste. Como claramente induce a pensar la publicidad de Profamilia, el aborto es legal si esa «Es tu decisión».
Aún más, los promotores del aborto inducen a la persona a «justificar» su aborto, como se oye en esta grabación difundida por la ex concejal de Bogotá Clara Lucía Sandoval y en estas denuncias de ex funcionarios de la administración Petro:
Y en otros casos, cada vez más numerosos, las mujeres embarazadas son incluso presionadas a abortar lo más pronto posible, como se vio en el trabajo investigativo de RCN, 4 Caminos. La verdad es que, al no ofrecerse alternativas al aborto, la sociedad y el Estado, terminan empujando a las mujeres a abortar, bajo el entendido de que es la decisión «más responsable», o incluso, «la única alternativa». (Ver programa de RCN aquí).
Como lo dio a conocer el especial de El Espectador sobre los 10 años de la despenalización del aborto en Colombia (ver aquí), actualmente hay una bonanza en el negocio del aborto, pues en gran medida gracias a este tipo de publicidad, los mayores comercializadores de este tipo de procedimientos lograron una multiplicación en el número de abortos, que un los dos últimos años han superado el acumulado de lo reportado desde 2006.
La rentabilidad de este tipo de procedimientos y la falta de restricciones al aborto express y a la carta, está llevando a la multiplicación de centros abortivos a lo largo y ancho del país, especialmente para «atender» a las mujeres más vulnerables y necesitadas.
Si la sociedad y el Estado no ofrece verdaderas alternativas al aborto, y se sigue promoviendo sin restricciones como alternativa «única» a los embarazos en situaciones complicadas, muy pronto el número de abortos va a sobrepasar los 100.000, desde donde luego es muy difícil bajar, por la cultura de la muerte que habrá creado a su alrededor, en especial, entre los jóvenes.