Estupor ha causado el descubrimiento de 2246 cuerpos de bebés en gestación en la casa de Ulrich Klopfer, un médico abortista recientemente fallecido en Indiana, Estados Unidos.
Organizaciones Pro vida habían denunciado al médico por irregularidades como la de realizar abortos a niñas de 10 a 14 años, sin realizar la denuncia por abuso sexual y dejándolas en manos de quienes consentían dichos abusos.
Anteriormente había sido denunciado al aparecer cientos de cuerpos de bebés en bolsas de basura, afuera de una de las clínicas donde trabajó.
Su licencia médica había sido suspendida en 2016.
En su momento los cadáveres fueron enterrados por voluntarios provida, y dio lugar a que el entonces Gobernador de Indiana, Mike Pence, hoy vicepresidente de los Estados Unidos, ordenara que todo bebé abortado fuera enterrado o cremado de manera humana, como una forma de reconocimiento a su dignidad.
Las autoridades han descartado que se hicieran abortos en su casa, por lo cual se especula que fueron trasladados de algún estados vecino donde el doctor prestaba sus servicios, para evitar el pago correspondiente a la disposición de los cadáveres.
El caso ha sido comparado con la llamada «Casa del Horror» del médico abortista Kermit Gosnell, de la cual se hizo una exitosa película recientemente.