A la salida de una presentación de la película «Tierra de María» en el Gimnasio Moderno de Bogotá, el director de cine Juan Manuel Cotelo se encontró con una invitación de varios jefes paramilitares para visitarlos en la cárcel La Picota y que les ayudara a pedir perdón a través de una película con el fin de detener el círculo de la violencia.
Así Cotelo acompañó los encuentros entre los paramilitares y los familiares de sus víctimas, en los que fue testigo de impactantes historias de perdón, como la de la señora que con un sentido abrazo le dijo a Chatarro, quien 10 años atrás había asesinado a su hijo delante de su casa: «esta es tu casa, yo soy tu madre, tú eres mi hijo, yo te perdono, ¿qué quieres tomar?».
Esta y otras historias que tuvieron lugar en Francia, España, Irlanda, México, Colombia y Ruanda las cuenta la película “El Mayor Regalo”, que se estrenará en CINEMARK el 6 de diciembre, gracias al patrocinio de la empresa barranquillera TECHNOGLASS, transmitiendo un profundo mensaje de reconciliación y perdón.
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Esta es la cuarta película de Juan Manuel Cotelo y su productora Infinito+1, la cual fue posible gracias al apoyo de 1.300 personas de 30 países que la financiaron a través del crowdfunding.
En declaraciones a RCN Radio Cotelo explicó: «Recuerdo que estando un día dentro de la cárcel ‘La Picota’, como una persona en su celda se me echó a llorar, me contó todas las cosas tan terribles que había hecho y me dijo: ‘si esta película ayuda a un solo joven a no hacer las cosas tan malas y tan estúpidas que hice yo, merece la pena».
Otro testimonio sobrecogedor es el de Gaudence, una mujer que perdonó a Martín, quien durante el Genocidio de Ruanda (1994) asesinó a sangre fría a sus siete hijos: “Ahora somos amigos, compartimos todo y vamos juntos a misa, para pedir que Dios sane nuestros corazones”, dice la mujer.
Sin embargo, para Cotelo la historia más increíble que cuenta la película es la de Grandullón, el intermediario entre él y el paramilitar Ramón Isaza. Según cuenta Cotelo, Grandullón es hijo de Cecilita, una mujer a la que su marido, jefe de policía, le dio tal paliza que la dejó tetrapléjica y la dio por muerta. El Grandullón, con 14 años, la escondió.
La mujer adoptó a diez niños y no contenta con eso decidió ir a buscar a los malos. Cuando estaba ante esos hombres armados, les decía: “Tengo una buena noticia: eres perdonado y amado incondicionalmente por Dios. Pide perdón”. Durante 29 años recibió burlas y amenazas. Su hijo no la apoyaba, decía que estaba loca y se largó a EE.UU., donde triunfó, pero al cabo de 15 años volvió dispuesto a ayudarla. Ella lo llevó a restaurar una capillita donde se hacían interrogatorios. Apareció Isaza con sus hombres y él le habló del perdón de Dios. En un día se entregaron 890 hombres con la condición de tener con ellos a un sacerdote y poder salir de la cárcel para pedir perdón a sus víctimas cara a cara.
Pero la historia no acabó ahí. Cuando empezaron a haber bajas en la guerrilla le dieron tal paliza, que estuvo seis años hospitalizado. Cuando salió siguió promoviendo el perdón. Hace una semana asesinaron a su hija de 15 años, y ahí sigue. “La vida no es Disney”, le dijo al director.
Esta película es el resultado de la perseverancia del director católico para ofrecer a las audiencias contenidos sanos y edificantes. Además ha sido un éxito de taquilla, pues se convirtió el fin de semana de su estreno en la cinta con mayor número de espectadores, en relación a su número de copias distribuidas, superando incluso a producciones de Hollywood. Sin embargo, al igual que ha sucedido con otros éxitos de taquilla como la película americana Gosnell, que cuenta los horrores del aborto legal, siguen teniendo barreras en su distribución debido al sesgo anticristiano que predomina en la industria.
Este es el trailer de la película:
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