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Centro de Deshabituación, el nuevo llamado que Dios nos hace para “jugar en la titular”.

Centro de Deshabituación 5
Escrito por Redacción R+F

«Está listo el Hogar de RehabilitaciónHogar de Paz Vida Nueva – El Alfarero. En este Hogar de Paz, buscamos que las personas, además de deshabituarse al consumo, logren la Reconstrucción Integral de sus Vidas en cinco (5) ejes: familiar, productivo, espiritual, comunitario y físico.

Llevamos siete (7) años trabajando con los hermanitos adictos y hemos podido ayudar a muchos hermanos a reconstruir sus vidas. Hace dos años soñamos abrir nuestro propio centro de rehabilitación y reconstrucción de vidas bajo principios de Amor Cristiano. ¡ESTE SUEÑO HOY SE HACE REALIDAD!

¡Gracias por su apoyo! Ahora necesitamos de la ayuda de todos».

Camilo Devia

Cuando se habla de amar a Dios y de seguir sus pasos, debemos tener claro el fundamento del servicio hacia nuestros hermanos sin tener en cuenta su condición, raza o religión, y convertir en una condición de vida el servicio con amor desinteresado, tal como Nuestro Padre nos lo pide.

«Está listo el Hogar de RehabilitaciónHogar de Paz Vida Nueva – El Alfarero. En este Hogar de Paz, buscamos que las personas, además de deshabituarse al consumo, logren la Reconstrucción Integral de sus Vidas en cinco (5) ejes: familiar, productivo, espiritual, comunitario y físico.

Llevamos siete (7) años trabajando con los hermanitos adictos y hemos podido ayudar a muchos hermanos a reconstruir sus vidas. Hace dos años soñamos abrir nuestro propio centro de rehabilitación y reconstrucción de vidas bajo principios de Amor Cristiano. ¡ESTE SUEÑO HOY SE HACE REALIDAD!

¡Gracias por su apoyo! Ahora necesitamos de la ayuda de todos. Estamos buscando Padrinos, Padrinos que quieran apoyar el trabajo de las personas que vendrán al Hogar a reconstruir sus vidas. CONTAMOS CONTIGO».

Camilo Devia

Camilo Devia, representante legal de la Fundación Amigos Misión Colombia, inició la labor hace 11 años entregando, junto con su familia, regalos de navidad en sectores vulnerables del sur de Bogotá. Allí entendió que ese era el inicio de un llamado que “el jefe de jefes” –como se refiere a Dios– le hacía como una nueva oportunidad de vida que le permitiría seguir mejorando a través del servicio a los demás.

La labor de Camilo fue tomando fuerza, hasta lograr conformar una red de apoyo a la que llamó “Amigos Misión Colombia”, con la que ha logrado actividades maravillosas y exitosas, con el respaldo de la Providencia Divina, de su fe en la oración y de buenos amigos que decidieron acompañarlo en este caminar. Su amor al prójimo lo llevó a extender de manera titánica la entrega de regalos en época de navidad, que en diciembre pasado alcanzó los 8.200 regalos, logrando llegar, además de Bogotá, a zonas apartadas de departamentos como Magdalena, Boyacá, La Guajira y Chocó.

Estos últimos departamentos –Guajira y Chocó–, tienen un lugar muy especial en el corazón de “Amigos Misión Colombia”. Pensando en las necesidades apremiantes de estas regiones, entendieron que allí, Dios necesitaba que extendieran sus obras. Se llenaron de valor y emprendieron marcha a conseguir recursos y más manos para lograr en La Guajira, implementar un sistema de suministro de agua y cultivos sostenibles en medio del desierto que benefician a cinco (5) comunidades Wayuu, así como la instalación de algo más de 300 filtros de agua a viviendas del municipio chocoano de Andagoya en donde las condiciones de salubridad son realmente extremas. Estas actividades han sido un aliciente en medio de las dificultades en las que viven estos hermanos, quienes esperan ansiosos al grupo de “la misión” para pasar unos días de alegría, diversión, aprendizaje y, por supuesto, de recibir el amor de Dios a través de la evangelización de los misioneros.

Otro de los frentes que “Amigos Misión Colombia” decidió abordar fue salir a las frías e indolentes calles bogotanas a llevar alimento físico y espiritual a quienes deambulan sin rumbo fijo, a esos hermanos que viven si esperanza, sin atención, en busca de la compasiva mirada de los más favorecidos. Este acercamiento a la realidad de miles de personas que, como nosotros, sienten, lloran, aman y sufren, pero que son juzgados por una sociedad indiferente, les hizo entender a los misioneros que Dios los necesitaba justamente allí, en ese “campo de juego, para estar en la titular”.

Así que, con la ayuda de párrocos comprometidos con el servicio, los voluntarios –bajo la orientación de Camilo, sirviendo en obediencia y excelencia–, entregan sus mejores esfuerzos para lograr los objetivos. Así, con camándulas en mano, termos con bebidas calientes, las bolsas cargadas de alimentos y el corazón lleno del amor y la gracia de Dios, emprenden el camino a buscar personas para alimentar y almas para salvar.   

Así nació una de las obras que pasaron de ser un ambicioso sueño a una realidad al servicio de los necesitados del amor del Señor: la materialización de un Centro Católico de Deshabituación. La experiencia de “callejear la fe”, como lo pide el Santo Padre Francisco, hizo entender a este grupo de misioneros que el mundo de las adicciones es el infierno en el que padece gran parte de nuestra sociedad y la está llevando al abismo de la perdición, y que la restitución de la familia es el primer paso para lograr un cambio real en muchas vidas que se están perdiendo.

De esta manera, el Hogar de Rehabilitación – Hogar de Paz Vida Nueva- El Alfarero, busca la deshabituación al consumo de sustancias psicoactivas al tiempo que se prepara a las personas para la reconstrucción integral de sus vidas a partir de cinco (5) ejes: familiar, productivo, espiritual, comunitario y físico.

Son siete años que “Amigos Misión Colombia” ha estado preparándose con experiencias recopiladas mediante sus servicios, entrenamientos rigurosos y en constante oración, para asumir el reto de transformar vidas de manera radical, como lo ha logrado con algunas personas que pasaron de ser servidas a servir, y ahora lo harán con nuevos hermanos, a partir de un proceso serio, ajustado, consecuente, que permita restituir vidas dignas de los hijos de Dios.

El nuevo reto es lograr el punto de equilibrio, especialmente el económico, que logre cubrir los gastos que genera el Hogar, brindando las condiciones adecuadas para atender  las necesidades que demanda la rehabilitación de las personas que, de manera voluntaria, quieran acogerse al programa propuesto para el tratamiento de recuperación.

La Providencia Divina no falla, pues ha permitido dotar el hogar, acondicionarlo, cubrir gastos iniciales de operatividad, pero también es necesaria la ayuda de personas, empresas e instituciones que quieran vincularse a la causa a través de donaciones permanentes, o mediante el Plan Padrino, que aseguren el funcionamiento y la atención oportuna de las ovejas que buscan a su Pastor para volver al rebaño del que nunca debieron salir y al que ahora tienen la posibilidad de regresar, fortalecidos y listos para reincorporarse a la sociedad.


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