*Por: Claudia Giovana Venegas R., Psicóloga y Magíster en Asesoría familiar y gestión de programas para la familia; consultora de la Fundación Ser Fraterno.
Cada vez que termina un año sucede algo maravilloso: el deseo de querer cambiar, renovar o tener nuevas ambiciones. Como por arte de magia, se nos ocurren ideas y buenos propósitos que surgen de la necesidad de mejorar y perfeccionarnos cada día como personas. Esta necesidad es normal e importante, y forma parte de nuestra esencia, pues nos ayuda a mantenernos con una actitud esperanzadora.
Los proyectos que nos proponemos pueden centrarse en diferentes aspectos, como por ejemplo: comprar casa, carro, tener un mejor empleo, ir al gimnasio para adelgazar, ser el mejor estudiante y ganar la beca tan anhelada, tener una vida espiritual más comprometida, tener más tiempo de calidad con la familia o con la pareja, etc. Sin embargo, algunas veces estos ideales no se realizan, pues no corresponden a nuestra realidad personal y familiar, especialmente cuando somos padres o madres.
Por esta razón, a continuación se proponen tres preguntas claves que serán de gran ayuda al momento de emprender y evaluar un plan, pues permitirán considerar, no solo la situación personal, sino también la de los que nos rodean. Las preguntas son:
Apoya el periodismo católico con un «like»:[efb_likebox fanpage_url=»https://www.facebook.com/razonmasfe/» box_width=»600″ box_height=200″» responsive=»1″ show_faces=»1″ show_stream=»0″ hide_cover=»1″ small_header=»1″ hide_cta=»1″ locale=»es_CO»]
- ¿Nuestros planes son realizables?
Esta pregunta nos lleva a analizar los aspectos concretos que se relacionan, entre otros, con nuestro contexto socioeconómico, familiar y laboral; nos ayuda a madurar los planes y a tomar decisiones coherentes con nuestra realidad. El hecho de cuestionar nuestra situación actual nos permite saber planear nuestros sueños, y prever situaciones que nos pueden llevar a abandonarlos.
- ¿Hemos trabajado en las virtudes que se necesitan para alcanzar los proyectos?
En muchas ocasiones nuestros proyectos terminan por ser simplemente un sueño ilusorio, no porque no tengamos las capacidades para alcanzarlos o porque no sean viables. En realidad, la dificultad se encuentra en que no nos hemos entrenado en las virtudes, las cuales son importantes para alcanzar cualquier meta. Podría decirse que ellas nos permiten lograr lo inalcanzable. Por ejemplo, la disciplina, la perseverancia y la responsabilidad son algunas de las virtudes que si se ejercitan diariamente, contribuyen con el logro de nuestros propósitos.
Además, analizar los factores de nuestras vidas, tanto externos (el contexto donde nos encontramos) como internos (los que se encuentran en nosotros), nos ayudará a ver claramente si nuestros propósitos y proyectos son realizables, o si hay que trabajar en algunos aspectos para hacerlos alcanzables.
- ¿Nuestros proyectos pueden influir en el equilibrio de nuestras vidas o las de los demás?
Esta última pregunta es vital, pues nos deja examinar de cerca el orden de nuestras prioridades, facilitándonos el descubrimiento de nuestros verdaderos intereses antes de planear. Estos intereses pueden ser de dos tipos: de orden personal o de orden comunitario. Hay que señalar que las prioridades de orden común actualmente han dejado de formar parte fundamental de los grupos sociales. Se observa, por ejemplo, cómo desde hace algunas décadas la familia ha venido cambiando en sus prioridades, entrando en una dinámica «individualista», lo cual hace que los planes y proyectos de sus miembros, y más exactamente de los padres y las madres, tiendan a ser egoístas.
El peligro de pensar solamente en nuestro bienestar hace que la familia termine siendo un medio y no un fin. Los resultados de esta manera de planear los sueños, sin tener en cuenta a nuestros seres queridos, son catastróficos, y no es necesario citar ejemplos, pues sabemos que muchos hogares en la actualidad han terminado por separarse, debido a la falta de prudencia al momento de llevar a cabo sus planes.
Por lo tanto, hay que volver al equilibrio, y saber que todo proyecto debe guardar la armonía con la vida familiar, respetando cada una de las necesidades de sus miembros.
El formularnos estas preguntas cada vez que vayamos a planear o evaluar un sueño, nos ayudará a analizar y comprender mejor si este es realizable, si se debe esperar, o por el contrario, si es el momento de volverlo realidad para que muchas personas puedan beneficiarse de él. Siempre debemos recordar que todo aquello que emprendamos en la vida, así sea pequeño, tendrá una repercusión directa en las personas que nos rodean.
*Síguenos en http://fundacionserfraterno.org/
Imagen descargada de: https://c.s-microsoft.com/en-au/CMSImages/O365-Home-Family-2400×1350.jpg?version=892b7123-aac4-3a1d-705c-7428faa8dd32
¡Bienvenido a la Razonatón de la Fe!
Apreciado amigo de Razón+Fe:
¿Te parece que los católicos y demás creyentes estamos bien representados en los grandes medios? Consideramos que no. Y por eso emprendimos desde 2014 una nueva forma de hacer periodismo que ya ha impactado a, por lo menos, 600 mil lectores (de la edición impresa), y a más de 260 mil visitantes en nuestra edición digital, que nació en 2016.
Y porque ya nos leen miles de lectores, como tú, quienes merecen continuidad de un servicio profesional cada vez más cualificado y diversificado, empezamos la Razonatón de la Fe, a la cual te invitamos:
- Unámonos en oración por la evangelización, la defensa de la vida y la familia.
- Formémonos como creyentes comprometidos y posibilitemos el diálogo intelectual, ético y humano con los no creyentes. Comparte nuestros artículos y síguenos en redes sociales @razonmasfe
- Actuemos y démosle un impulso definitivo a nuestra Fe. ¡Apóyanos con tu donación!
Comprometida con este desafío,
Alexandra Serna, directora de Razón+Fe [email protected]
*Recibe el boletín semanal de Razón+Fe:
[yikes-mailchimp form=»1″]