Es triste ver lo que ocurre en este video. Pero más triste aún es comprobar lo que tantas veces se ha advertido sobre los riesgos de dar la comunión en la mano. Estos llevaron a la Iglesia, a través de los siglos, a ser más exigente en cuanto a la forma de comulgar, para preservar y asegurar la debida reverencia y respeto a la presencia eucarística y sacramental de Nuestro Señor Jesucristo en la Sagrada Comunión, en la que se nos da en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Es lamentable la pasividad del sacerdote ante la actitud de este individuo desde el momento mismo de presentarse a recibir la comunión, en que pregunta con cinismo: «¿Qué parte del cuerpo de Cristo es esta?». Y después va por todo el templo y luego a la calle, jugando con la hostia y burlándose de la Sagrada Comunión a la que compara con una patata frita.
El católico formado, y hasta el más desaprensivo, reconocen de inmediato la irreverencia, profanación y sacrilegio que este hombre está cometiendo. Es necesario reparar y desagraviar este acto, y por todos los que se están cometiendo ante el abuso de autoridad por el cual se está obligando a comulgar en la mano.
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