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Un sacerdote “autoriza” a una lectora a proclamar el Evangelio

Un sacerdote “autoriza” a una lectora a proclamar el Evangelio
Escrito por Redacción R+F

Evitemos confusiones: el Sacerdote preside la celebración eucarística “In Persona Christi”, y es a él a quien le corresponde anunciar y proclamar debidamente el Evangelio, como apóstol de la Palabra que es y para lo cual se consagró mediante el Orden Sacerdotal.

El lugar del Sacerdote tiene preeminencia sobre el de los fieles en la Liturgia de la Palabra

Se trata de un sacerdote mayor, que se dedica habitualmente a confesar. Pero ni aún ese hecho justifica lo ocurrido, pues pese a la fatiga propia de los años, escucha, habla, ve, interactúa bien, puede sostener una conversación completa e inteligente, y realizar cabalmente el ejercicio de sus funciones sacerdotales.

De ello se colige que está en condiciones de celebrar debidamente y sin limitaciones la Sagrada Eucaristía, por lo cual no necesita de otro sacerdote o de un diácono que le acompañe, y que por lo mismo se le permite hacerlo solo.

Además, el Sacerdote preside la celebración eucarística “In Persona Christi”. Y es a él a quien le corresponde anunciar y proclamar debidamente el Evangelio, como apóstol de la Palabra que es y para lo cual se consagró mediante el Orden Sacerdotal. Por ello ocupa un lugar de privilegio y –consecuentemente– tiene una mayor responsabilidad con respecto a la Eucaristía y a los fieles que se le confían durante la misma.

De modo, pues, que el hecho de llamar a una de las lectoras habituales y ordenarle o pedirle que sea ella quien proclame el Santo Evangelio, no sólo viola flagrantemente la Disciplina de los Sacramentos y no corresponde a una adecuada celebración de la Liturgia conforme a las normas estipuladas y prescritas, sino que escandaliza y produce confusión.

Esto publicó por Whatsapp una persona testigo de los hechos:

Señor Mío y Dios Mío ¿Qué está pasando con tus benditos sacerdotes?¿Cómo es posible que HOY Lunes de PASCUA ¡una mujer¡ y peor aún, vestida con pantalón apretado, lea el Santo Evangelio en la Santa Misa?
¿Para dónde van mis amados sacerdotes? ¿Qué están haciendo y qué quieren hacer con la Santa Iglesia de Cristo?
ORO POR USTEDES. Para que Dios extienda su Misericordia y la Luz de Su Espíritu descienda sobre ustedes y les renueve el don de la Sabiduría Divina, y ustedes mis amados Sacerdotes, retomen el camino.
Hoy muchos de los Sacerdotes están siendo motivo de escándalo para los fieles.
¡POR FAVOR REACCIONEN. Despierten! El demonio los engaña y ustedes por su sequedad espiritual, por falta de oración, están arrastrando a muchos fieles a la tibieza espiritual, los están preparando para el infierno.
Cuando su verdadera misión Sacerdotal es llevar almas al Cielo.
Mi corazón hoy Lunes de Pascua, llora de lamento, al ver cómo mis sacerdotes y la Iglesia católica que tanto amo se pierde en un modernismo ligth.
Señor ten piedad
Cristo te Piedad

Decirlo –por si acaso–, no es ser “normativos”, “ritualistas”, “rigoristas”, “apegados a las formas” y el sin fin de adjetivaciones que se destilan sobre quienes llaman la atención ante la informalidad a la que se ha llegado y se tolera, pero que jamás ha sido admitida por la Iglesia; menos aún, en materia tan grave como lo es la celebración y administración de los Sagrados Sacramentos.

A la persona que dio cuenta del hecho se le recomendó, en primer lugar, orar por el Sacerdote y ofrecer reparación ante el escándalo y la conducta a todas luces indebida, especialmente con respecto a la celebración de la Sagrada Eucaristía; y, en segundo lugar, dirigirse calmada y respetuosamente a la autoridad arquidiocesana respectiva, refiriendo los hechos de manera objetiva para que proceda como corresponde, tome las previsiones y haga los correctivos del caso.

Al respecto, citamos brevemente unos apartes del texto “El sacerdote en la Liturgia de la Palabra de la Santa Misa”, centrado en el papel del sacerdote en la Liturgia de la Palabra de la Misa, teniendo presentes tanto la forma ordinaria (o de Pablo VI) como la extraordinaria (o de san Pío V) del Rito Romano”. Este documento compara la Liturgia de la Palabra en ambas formas y destaca la solemnidad propia de la misma.

“La Institutio Generalis Missalis Romani (IGMR) dicta las normas generales para la Liturgia de la Palabra en los nn. 55-71. Una primera diferencia entre las dos formas del Rito Romano está en el hecho de que, también en la Misa cotidiana, celebrada de forma no solemne, se admite la posibilidad de que otros lectores proclamen los pasajes bíblicos, a excepción del Evangelio, aunque permanece obviamente la posibilidad de que sea aún el sacerdote quien lea todos los textos de la Liturgia de la Palabra”. […].

“Finalmente, un elemento de cambio que representa un empobrecimiento es la falta de indicaciones precisas sobre las actitudes corporales que el sacerdote debe asumir en el acto de leer (en particular el Evangelio). Con todo, esta representa una elección de fondo del nuevo Misal, que es mucho menos preciso que el precedente sobre estos aspectos, dejando el campo abierto a diversas actitudes celebrativas. Se puede obviar esta carencia, aplicando al nuevo rito las costumbres del antiguo, allí donde esto es posible, para aquellas indicaciones que no están excluidas explícitamente de las actuales categorías, como el tener las manos juntas a la altura del pecho durante la proclamación del Evangelio. Esto contribuye a la dignidad de la celebración de la Liturgia de la Palabra…”.

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1 Comment

  • Totalmente de acuerdo, como católico no puedo tampoco ver esta actitud con buenos ojos, lo mismo que permitir a personas no ordenadas ministrar la eucaristía y menos que los fieles la reciban en la mano. Así empieza a vanalizarce toda la liturgia sagrada.