La asamblea estudiantil del colegio público de Terni, Italia, decidió por votación mayoritaria fijar un crucifijo en sus aulas, pese a la oposición radical de un profesor.
El docente denunció que la «presencia del crucifijo en el aula vulneraba su libertad de conciencia«, y exigía que para dar sus clases fuera retirado del aula.
Según lo explicado por monseñor Stefano Russo, secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Los jueces del Tribunal Supremo confirman que:
«Es innegable que el hombre que sufre en la cruz no puede dejar de ser un símbolo del diálogo -dijo monseñor Russo-, porque no hay experiencia más universal que la compasión por el prójimo y la esperanza de salvación.»
Mons. Stefano Russo, secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
La decisión del Tribunal se basa plenamente el principio de libertad religiosa consagrado en la Constitución, rechazando esa visión laicista que quiere esterilizar el espacio público de toda referencia religiosa, explica el prelado.
«El cristianismo que impregna nuestra cultura, incluso la secular, ha contribuido a construir y acrecentar a lo largo de los siglos una serie de valores compartidos que se expresan en la acogida, el cuidado, la inclusión, la aspiración a la fraternidad», concluyó.
Fuente: InfoCatolica
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