Espiritual Fe Sexualidad

¿Soportarían los católicos de hoy las palabras reveladas a Santa Catalina de Siena sobre la homosexualidad?

Santa Catalina de Siena 2
Escrito por Redacción R+F

Las obras de esta Santa y Doctora de la Iglesia que vivió en Siena (Italia) hace 600 años, son consideradas una “enciclopedia de divina doctrina”. Si bien no debe ser tomada como infalible, sí es reconocida por los grandes aportes que le hizo a la vida espiritual católica. Y, de manera especial, por ser el fruto de una gracia sobrenatural que esta mística atribuía a las revelaciones privadas que le hacía Dios mismo.

EL PECADO DE LA HOMOSEXUALIDAD LE DA ASCO AL MISMO DEMONIO“.

Santa Catalina de Sienna

Sin embargo, si Santa Catalina viviera hoy, y siguiera pensando y difundiendo lo que entonces enseñó en materia moral y teológica, lo más probable es que fuera condenada casi unánimemente por prelados y laicos, a raíz de las duras palabras que escribió sobre la repugnancia que los actos homosexuales producen no sólo en Dios, sino hasta en los mismos demonios.

Esta es una síntesis del mensaje que escribe en su libro “El Diálogo” sobre las personas, y los sacerdotes, que se entregan a la homosexualidad.

santa catalina homosexualidad
Santa Catalina de Siena – Sobre la homosexualidad

DIOS A SANTA CATALINA,
SOBRE LOS HOMOSEXUALES:

Diálogo con Dios Padre.

124. [En los malos ministros reina el pecado «contra natura». Visión que tuvo el alma sobre esta materia].

«Ellos, desgraciados, no sólo no dominan esta fragilidad, aunque la razón lo puede hacer cuando lo quiere el libre albedrío, sino que obran aún peor, porque cometen el maldito pecado que es contra la naturaleza. Como ciegos y tontos, ofuscada la luz de su entendimiento, no reconocen la pestilencia y miseria en que se encuentran, pues no sólo me es pestilente a mí, sino que ese pecado desagrada a los mismos demonios, a los que esos desgraciados han hecho sus señores.

Tan abominable me es ese pecado contra la naturaleza, que sólo por él se hundieron cinco ciudades como resultado de mi juicio, al no querer mi divina justicia sufrirlas más; que tanto me desagradó ese abominable pecado. Es desagradable a los demonios, no porque les desagrade el mal y se complazcan en lo bueno, sino porque su naturaleza fue angélica, y esa naturaleza rehúye ver cometer tan enorme pecado en la realidad. Cierto es que antes les ha arrojado la saeta envenenada por la concupiscencia; pero, cuando el pecador llega al acto de ese pecado, el demonio se marcha por las razones dichas».

Publicamos también resaltado el texto correspondiente a la Edición BAC de 1996.

¿Será que el deseo por ser aceptados por el mundo contemporáneo está haciendo que cada vez más católicos se acostumbren y acepten aquello que debía repugnarles?

¿No es esta aceptación indicio de corrupción moral?

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