“Las prácticas de cuaresma de dejar placeres son un buen recordatorio de que el propósito de la vida no es el placer. El propósito de la vida es alcanzar la vida perfecta, toda la verdad y el amor extático e inmortal –que es la definición de Dios. Al perseguir esta meta, encontramos la felicidad”.
—Venerable Fulton Sheen.
(Integrated Catholic Life, 2015, traducción del autor).
Por Sebastián Mondragón Lisundia
Economista de la Universidad de los Andes y miembro del movimiento inter-universitario católico Sin Medida.
Con seguridad algunos de los lectores se preparan en este momento para la Semana Santa. En los países latinos esta semana cuenta con días no laborales, las instituciones educativas no imparten clase en la semana completa y en general una pausa es permitida por parte de la rápida vida que nos hemos acostumbrado a llevar. Las personas esperan con ansias este tiempo para planear cierto viaje que tenían pensado desde hacía algún tiempo, para ver aquella nueva temporada de la serie que tiene a todos a la expectativa o para permitirse un espacio de indulgencia con aquel grupo de amigos que los ha estado solicitando durante lo que va del año. El católico se encuentra sumergido en este mar de personas que con desesperación buscan un alivio a las vicisitudes de la vida diaria y un tiempo placentero para contrarrestar el acumulado de las amarguras de la cotidianidad. Sin embargo, y pareciese que no fuese percibido cuando se planea el gran viaje durante el hastío de la normalidad, no se busca realmente una verdadera pausa de distensión. De hecho, la verdad persigue a los viajeros en este período: todo volverá a ser igual después de su regreso. Pocos se toman una pausa para encontrar la felicidad en lo que es su vida verdadera.
Alrededor del mundo, un grupo de personas no únicamente se toman una semana para reflexionar, de hecho cuentan 40 días antes del domingo que da comienzo a la Semana Mayor para iniciar un proceso de preparación para esta. Abstinencias son practicadas con el fin de fortalecer el espíritu y lograr el dominio del cuerpo. El arrepentimiento caracteriza este tiempo, que da la esperanza de que, aun cuando todos nacemos en la imperfección y cometemos errores, podemos seguir mejorando para acercarnos a la mejor versión de nosotros mismos: la santidad. Este grupo de personas, los cristianos (donde se incluyen católicos, coptos, ortodoxos y anglicanos), por supuesto, guardan la verdad enunciada por el venerable Fulton Sheen, que la vida terrenal no es de placeres interminables y que la felicidad no puede depender de estos.
Al terminar este tiempo de preparación, entran en el que es el tiempo más importante del calendario litúrgico, la Semana Santa. En esta reviven la historia de un hombre que entró en Jerusalén aclamado por la multitud, que así como aclamaba su llegada, aclamaría su crucifixión. Al recordar su camino, los cristianos conmemoran las enseñanzas de Jesucristo que son tan aplicables en tiempos de este como en los nuestros. Es esta la razón por la que el mundo secular tenga una semana no laborable.
Sentado en una mesa con sus discípulos, Jesús de Nazareth instituiría la Eucaristía, rito central del catolicismo y otras ramas del cristianismo. Su cuerpo y su sangre marcarían lo que representa la presencia de Dios en el mundo para nosotros los católicos. Pero en el camino hacia esa cena daría unas de las más importantes lecciones que el mundo podría recibir en su historia y que grandes personajes han seguido gracias a Él. En esa misma cena diría que los cristianos no deberíamos ser como los gobernantes que oprimen a las naciones como señores absolutos, por el contrario, deberíamos servir si estuviésemos en cargos de poder y que aunque temblemos en nuestras convicciones y erremos, como Pedro lo haría frente a una multitud, lo importante es reconocer el error y volver al camino (Lucas 22:25-26 y 34).
De la misma manera, en un sublime acto, Jesús lava los pies de sus amigos, dando al mundo un ejemplo de la manera de proceder que tienen que tener los “maestros” y los “señores” (Juan 13:13-15). Enseñó que ante todo, no hay que temblar cuando se sigue el camino, aceptar que hay cosas que no podemos decidir los humanos y ser fuerte cuando la vida parece un sinsentido que se dirige a la tragedia. De Él el mundo aprendió a no responder violencia con más violencia, aun cuando se viva en carne propia el sufrimiento impartido por aquellos que llevan el odio como su bandera (Juan 18:19-42). Que ante la fuerza bruta de déspotas, no hay que renunciar a nuestras creencias y que el refugio de la opresión está en Dios. De su pasión se aprende la injusticia de que quienes llevan la Verdad son perseguidos y asesinados por la espada, pero de su resurrección se concluye que esta trasciende a la vida y no puede ser callada (Juan 20:1-9). Son estas las lecturas del evangelio de esos días santos para los católicos, pasajes que cualquier persona que quiera crecer en sabiduría debería leer (ACI Prensa, s. f.).
Estas reflexiones y aprendizajes no son únicamente para los practicantes. La verdad ha sido traída al mundo para ser transmitida, como san Pablo de Tarso hizo con los gentiles. En esta época de secularización, cuando incluso multitud de católicos se ha volcado a vivir una vida lejos de su religión, es importante que aquellos quienes practicamos las tradiciones enseñemos e invitemos a estas meditaciones y a aquellas a las que lleguemos por gracia de Dios. Salgamos a las calles y compartamos estas conclusiones que perdurarán incluso después de terminada la Semana Santa, aliviando la presión de la cada vez más rápida y demandante vida cotidiana. Aprovechemos este espacio para que nuestro corazón crezca y se vuelva más humano, en lugar de propender por espacios de indulgencia carnal que no mitiga los deseos del espíritu.
Referencias
ACI Prensa. (s.f.). Citas bíblicas para el tiempo de Pascua. Recuperado 9 abril, 2019, de //www.aciprensa.com/recursos/citas-biblicas-para-el-tiempo-de-pascua-2100
Integrated Catholic Life. (2015, 2 marzo). Catholic Quote of the Day — from Venerable Fulton J. Sheen. Recuperado 9 abril, 2019, de //www.integratedcatholiclife.org/2015/03/daily-catholic-quote-from-venerable-fulton-j-sheen-19/?fbclid=IwAR3sJZNaDxbxI6hmugaoTBIaZvOUZvwb7whEpYdEyWQ_ImgJ-0B35KVfET4
Para la mejor comprensión de este artículo, se recomienda la lectura de una biblia aceptada por la Iglesia Católica como la que se encuentra en el siguiente link:
Biblia Latinoamericana. (s.f.). Recuperado 9 abril, 2019, de //www.sanpablo.es/biblia-latinoamericana
Sin Medida
Sin Medida es un grupo inter-universitario católico que nació en la Universidad de Los Andes y se ha expandido a otras universidades como el Rosario y la Nacional. Es un grupo de jóvenes llamados a vivir la fe dentro de la realidad universitaria para formar identidad católica a través del servicio y el amor, además de brindar espacios de formación en la fe para los jóvenes universitarios.
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