Espiritual Fe

Renovación y reforma en nuestra vida.

La Iglesia está llamada a experimentar un tiempo de renovación y reforma en su vivencia interior y su praxis de servicio, entendiendo que los verdaderos reformadores de la Iglesia son los santos.

Son los hombres y mujeres que abrazan la santidad en la cotidianidad los que hacen la Iglesia. Todo fiel católico embellece y pone en esta vía novedosa a la Iglesia, cuando se esfuerza en vivir el Evangelio y se compromete con una autentica vida Interior y de caridad fraterna.

“Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello”

Mt 23,23-26

La renovación hemos de sentirla por la gracia en la vitalidad y ánimo al contacto con la Palabra, los sacramentos, manifestados en el testimonio, y también de reforma; porque nuestros espacios incluso estructurales han de pasar de una realidad no pocas veces oficinista operativa, a convertirse en una hoguera, un hogar; una “familia espiritual”, una casa de misericordia y verdad, dónde los católicos viven con gran identidad cristiana su culto de adoración a Dios y su alegre exigencia del. amor fraterno.

Hemos de ser fieles tocados por Cristo, hombres comprometidos con el derecho, la compasión y la sinceridad como nos recuerda San Mateo, fieles corresponsables de la causa evangelizadora, del deber y el sostenimiento del culto, dejando de lado los prejuicios, los escrúpulos y la indiferencia con la misión de la Iglesia en lo que respecta al apoyo a su causa y la participación. Abracemos el cumplimiento de las responsabilidades y normas cristianas sin evasiones;

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