A ojo de buen cubero, sin ser alarmista, derrotista…, los hechos son demasiado evidentes. Se está tratando de ‘ablandar’ la Liturgia. ¿Quién? No sabemos exactamente. ¿Por qué o para qué…? A través de los años se ha venido ablandando la Sagrada Liturgia, la Solemnidad de la Santa Misa.
Pasan los años, y se han venido introduciendo novedades, como los “ministros extraordinarios de la comunión”, a quienes se les ha ido ampliando el espacio de servicios.
¿Y las Manos Consagradas del Sacerdote? Esa es su función, por más pecador que sea. No la de un laico, por más santo que sea. Hay que entender y recuperar la esencia de la Consagración Sacerdotal y de su Ministerio, y evitar que ésta se confunda con la misión propia de los laicos. La Iglesia no se puede ‘protestantizar’.
¿Y la Comunión vale para todos, sin más? ¿Por qué unas diócesis dan la comunión a los divorciados vueltos a casar mientras a otros no? Abundan las ambigüedades, la confusión y los malos ejemplos. ¿Y entonces la Eucaristía qué representa?