Desde el punto de vista meramente terrenal el triunfo en esta vida, aunque se tenga claro cuál debe ser y cómo lograrlo, no es un objetivo que se consiga de la noche a la mañana, ni fácilmente, menos aun improvisando; es un proyecto o elección de vida, que debe sacarse adelante día a día. Tanto para triunfar en la vida personal como en la vida laboral se requiere esfuerzo y dedicación diaria; se debe tener una visión a largo plazo y evitar a toda costa los errores.
El éxito ha de partir de la certeza de la propia vocación, y luego es fruto de tomar decisiones viables y bien ponderadas aprovechando la riqueza personal (carismas, aptitudes, inteligencia, etc.), pero también construyendo relaciones, ser disciplinados y enfocarnos en lo más importante. En otras palabras, para triunfar en la vida se necesita algo más que un simple deseo, algo más que tener buenas intenciones o ideas o tener buena suerte; se necesita trabajo honesto y constante.
Para saber cómo triunfar en todo ámbito de la vida a continuación te propongo tres claves fundamentales a tener en cuenta a partir de tres sencillas fábulas.
1.- Un cuervo estaba sentado en la rama de un árbol durante todo el día y sin hacer nada. En cierto momento a la base del árbol llega un conejo. El conejo a penas se percata de la presencia del cuervo a éste le pregunta: “¿Puedo sentarme como tú todo el día sin hacer nada?” El cuervo le responde: “Claro. ¿Por qué no?” El conejo entonces se sienta en el suelo al pié del árbol todo el tiempo y se relaja. De pronto un zorro aparece y se come al conejo.
Moraleja: Para estar todo el día ahí sentado(a), tranquilo(a) y sin hacer nada debes primero llegar a la cima. Y para llegar allá debes primero escalar constantemente trabajando con tesón y honestidad. Por otra parte tú tienes que ser tú mismo(a), no otra persona; debes aceptar tu identidad, tú esencia. No busques superar ni imitar a nadie, basta con que te superes a ti mismo(a).
2.- La gacela se despierta todos los días sabiendo que debe correr más rápido que el león si quiere seguir viva un día más. Y el león se despierta todos los días sabiendo que debe correr más rápido que la gacela si no quiere morir de hambre.
Moraleja: No hay diferencia entre si eres gacela o león. Cuando despiertes cada mañana debes empezar a correr por tus sueños o por tus objetivos haciendo lo que te corresponde en ese nuevo día. Cada día es un escalón para llegar a tu meta.
3.- Un hombre de clase, adinerado y atractivo va conduciendo por una carretera y ve a una linda mujer en el arcén esperando un medio de transporte. El hombre, entonces, se detiene donde estaba la mujer y se ofrece a llevarla; a lo que la mujer acepta. La mujer entra al vehículo, y cruza sus piernas mostrando sus encantos. El tipo no se resiste a la tentación y pone la mano derecha en una pierna de la mujer. La mujer, con una sonrisa enigmática, le dice al hombre: “Recuerde cómo termina la novela “El Destino” de Raimundo Garzón. El hombre se perturba y, algo avergonzado, retira la mano de la pierna de la mujer. Cuando la mujer llega a su destino le agradece al hombre el favor y se baja. El hombre sigue su camino y cuando llega a su casa busca la novela y en el último párrafo lee: “Adelante, persiste, no te detengas. Encontrarás la meta que te dará satisfacciones”.
Moraleja: Si no estás bien informado puedes perder excelentes oportunidades. Si no aprovechas al máximo tu tiempo de estudios o no estás debidamente actualizado(a) otros ocuparan el lugar de trabajo que debería ser para ti. Preocúpate por aprender más de tu profesión y ser aun más competente. En la vida, además, no basta con tener formación intelectual, también, y sobre todo, es necesario ser cultos y ser formados como personas.
En conclusión:
1.- Ser lo que estás llamado a ser (no imites a nadie). Tienes una tarea única que sólo tú debes cumplir.
2.- Considera cada día como una pequeña meta que te conducirá a la meta última: tu realización personal.
3.- Tengas buena formación académica y buena cultura general.
P. Henry Vargas Holguín.