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Polvo eres, y en polvo te convertirás

Polvo eres, y en polvo te convertirás
Escrito por Invitado


Por Christiane Waked *

Detalles, llenamos nuestras vidas de detalles, pequeños, grandes solo para engañar a la muerte. Pero la muerte se acerca y tiene mis ojos, tiene tus ojos. Cuando esté aquí, abrazará todo nuestro cuerpo hasta el último suspiro.

En el Evangelio de Lucas 10:38-42, cuando Marta se enoja con María porque está sentada a los pies de Jesús escuchándolo en lugar de ayudarla a preparar la comida para la gente.

Marta entonces le pide a Jesús: “¡Dile que me ayude!” “Marta, Marta”, respondió el Señor, “estás preocupada y molesta por muchas cosas, pero solo una cosa es
necesaria. María ha elegido lo que es mejor, y nadie se lo quitará”.

En nuestra vida diaria, muchos de nosotros estamos como Marta absortos en pequeños detalles que consideramos grandes e importantes. Nos dejamos atrapar por la vanidad, por las preocupaciones, por los miedos, por las inseguridades. En la era de Internet y las redes sociales, nuestras inseguridades nunca han sido
más destacadas. La humildad está prohibida en estas plataformas que obligan a las personas a compararse con otros, a ser clones, mientras que Jesús siempre celebró nuestra singularidad e individualidad. Por eso llamó el nombre de Marta dos veces. “Marta, Marta”, un recordatorio para que Marta se vuelva a conectar con su “yo” en lugar del mundo. Pedirla que se distancie de los detalles y se concentre en
lo importante. Él le pide que recuerde que ella es la hija de Dios y que el hijo de Dios está en su presencia brillando con su luz sobre cada oscuridad que preocupa su alma.

La ambición rompe el saco cuando es material, desprendido de la palabra de Dios. En Génesis 3:19, un fuerte recordatorio de nuestra condición material: porque polvo eres, y en polvo te convertirás.

Si Jesús no venciera a la muerte resucitando al tercer día, toda nuestra vida hubiera sido en vano. Sin el Señor, todas nuestras ambiciones en la vida habrían terminado en un pequeño ataúd donde tus títulos, dinero, riquezas, aventuras no tienen cabida en él. El gran banquete (14:15–24) se incluyó en la narración de Lucas. La
parábola del banquete de bodas es una parábola sobre el universalismo. Jesús enseña que el Reino de Dios está abierto a todos, no solo a los judíos, sino que Jesús nos pidió que estuviéramos listos para el banquete. En esa misma parábola, el Señor dijo que a pesar de que el cielo está abierto para todos, si seguimos aferrados a las cosas materiales, no ayudaremos a que nuestra alma se eleve. Jesús dijo:
“Muchos son invitados pero pocos son los elegidos”. Él nos dio el libre albedrío, la opción de decidir lo que es importante para nosotros.

Esta vida es un segundo comparada con la eternidad

La derrochamos en detalles, en vanidades, buscando la atención de los demás y su aprobación cuando la única aprobación que necesitamos está en nosotros mismos, somos amados desde nuestro nacimiento por nuestro Dios ya quien volveremos. Entonces, en lugar de desperdiciar nuestras vidas preocupándonos por los detalles, atesoremos el hecho de que somos amados, salvos y vivos en la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

* Christiane Waked es analista politica y columnista Libanesa-Francesa con 10 años de experiencia con el gobierno francés. Habla inglés, árabe, francés y español.



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