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¿Podrás engañar a un profesor?

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Escrito por Padre Henry Vargas

Se cuenta que un lunes a primera hora cuatro estudiantes universitarios tenían que sustentar la tesis de grado. Pero esos estudiantes ni se prepararon para sustentar la tesis ni se presentaron en la universidad a la hora convenida porque, irresponsablemente, el fin de semana anterior se emborracharon y se enfiestaron celebrando el triunfo de su equipo de futbol.

Los estudiantes decidieron entonces, de común acuerdo, elaborar un plan para presentar la tesis en otro momento y tener tiempo de prepararla. 

Así que ese lunes, llegando tarde a la universidad, los estudiantes buscaron al decano de la facultad, ante quien tenían que sustentar la tesis.

Pero intencionalmente se presentaron algo sucios, llenos de grasa y manchados con los gases de escape de un vehículo y, poniendo cara de inocentes. Entonces uno de los alumnos, en nombre propio y de sus compañeros, le dice al profesor: “Profesor, le pedimos disculpas, pero no pudimos llegar a tiempo para sustentar la tesis, pues en este fin de semana tuvimos que hacer un largo viaje para preparar lo necesario para la tesis y anoche de regreso a la ciudad el vehículo se nos descompuso. Por esto estamos tan sucios como puede ver. Le solicitamos respetuosamente reprogramar la sustentación de la tesis”.

El decano entendió, accedió y les permitió presentarse tres días después.  Pasados los tres días los estudiantes regresaron a la universidad seguros de sí mismos, y ahora sí bien preparados a sustentar la tesis de grado.

El decano entonces llevó a los estudiantes a un aula y les dijo: “En vez de sustentar la tesis les propongo que me contesten un cuestionario, un cuestionario con las mismas cinco preguntas para los cuatro. Si los cuatro coinciden exactamente en las respuestas estarán aprobados con la máxima calificación, y se podrán graduar”.

Y para que contestaran las preguntas el profesor ubicó a cada estudiante en cada una de las esquinas del salón, y ahí sí les entregó a cada uno de los universitarios el cuestionario.

Y las preguntas fueron las siguientes:

1.- ¿Cuál era el objetivo del viaje?

2.- ¿A qué lugar fueron?

3.- ¿Cuál es la marca y color del vehículo averiado?

4.- ¿Dónde se les descompuso el vehículo?

5.- ¿Cuál fue el problema mecánico y cómo lo solucionaron?

Cómo podrán intuir ese examen fue un total fracaso, y fracasando en ese examen los estudiantes no se graduaron, perdieron la carrera universitaria y malograron la vida.

MORALEJA.

1.- Nunca pretendas engañar a alguien que es más trajinado que tú, más viajado que tú, más leído que tú y más viejo que tú.

2.- Haciendo trampa puedes sacar un diez en tus exámenes, pero será la vida la que se encargará de reprobarte y ponerte cero.

3.- Recuerda que tienes un examen al final de tu vida para el cuál Dios te da toda la vida para prepararte. En ese examen, que no sabes cuándo y cómo será, no podrás engañar a Dios. Si fracasas en ese examen, habrás vivido en vano en este mundo aunque a los ojos humanos hayas sido una persona exitosa, importante, famosa, rica, de clase, etc..

P. Henry Vargas Holguín.

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