Al ver los acontecimientos actuales, no sólo en relación con la imposición de la ideología de género y de la dictadura homosexual, que son apenas signos de una cultura lasciva más profunda que las promueve, sino en la tolerancia social hacia la música, las producciones audiviosuales y en general a la forma como han decaído las constumbres en el trato entre hombres y mujeres, no queda sino pensar que se están cumpliendo los tiempos profetizados por Nuestra Señora del Buen Suceso en el siglo XVII.
“En esos tiempos la atmósfera estará saturada por el espíritu de impureza, que a manera de un mar inmundo correrá por las calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa, de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. … Habiéndose apoderado la secta masónica de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en el corazón de las familias para corromper incluso a los niños, y el diablo pérfidamente se gloriará por alimentarse de la exquisita delicadeza de los corazones de los niños.”
(Nuestra Señora del Buen Suceso, Quito, Ecuador, 2 de febrero 1634)
“… se levantarán las pasiones y habrá una total corrupción de las costumbres, porque satanás reinará casi totalmente por medio de las sectas masónicas. Ellos se concentrarán principalmente contra los niños, a fin de mantener con esto la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo! … Además, en esos infelices tiempos habrá una lujuria desenfrenada, que seducirá en el pecado a los remanentes, conquistando innumerables almas frívolas que se perderán. Casi no se encontrará inocencia en los niños, ni pudicia en las mujeres.”
(Nuestra Señora del Buen Suceso, Quito, Ecuador, 21 de enero de 1610)