Ante la creciente indignación generada en el mundo católico por las fotos del Obispo Auxiliar de la Diócesis de Merlo-Moreno (Argentina), realizada al final de la JMJ en una playa de Panamá, se ha pronunciado el titular de la diócesis citando al Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium:
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrase a las propias seguridades».
Como si con esa frase se pudiera justificar el sacrilegio celebrar misa en pantaloneta y usando una calabaza de Mate como cáliz, desatendiendo las mínimas disposiciones canónicas en cuanto a los ornamentos, que se requieren para celebrar una misa de forma digna.
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Teniendo en cuenta que quienes participan en la celebración son parte de la coordinación Nacional de la JMJ de esa diócesis, cabría esperar una mayor reverencia frente al modo de celebrar la sagrada Eucaristía.
Adicionalmente, si se observa que se encuentran en la playa de un complejo hotelero, cabría la pena preguntarse si no habría un lugar más digno a su alcance en el cual pudieran haber celebrado la misa.
Si hubiera habido una iglesia o capilla cercana nada puede justificar el uso de otros lugares (una clase, sala de conferencias, auditorio y similares), mucho menos una playa.
Otros aspectos a tener en cuenta son que el sitio elegido para la celebración no corresponda a comedores y mesas en los que de ordinario se coma, a no ser que no haya ninguna alternativa.
Debe usarse una mesa «apropiada» con una superficie lo suficientemente amplia para los vasos sagrados, misal, cruz y velas; que sea lo suficientemente alta para que el sacerdote pueda estar de pie delante de ella durante la celebración (por lo cual, una mesilla o similar no es apropiada); y que no se relacione con usos que puedan inducir a escándalo o al ridículo.
Finalmente, debe procurarse que el celebrante esté ubicado en un asiento o lugar digno, cerca del altar y en la medida de lo posible se empleará un atril portátil.
Para mayor injuria, el Obispo titular de la Diócesis de Merlo-Moreno, Fernando Carlos Maletti, ni siquiera admitió que pudiera haber un error, mucho menos una ofensa contra la dignidad del sacramento, sino que señaló a los críticos de «ensombrecer la figura y magisterio del Papa Francisco» , y dijo haber aclarado ante las autoridades eclesiales lo correspondiente, solicitando las disculpas por lo que «pareciera» una imprudencia.
Esta es la comunicación oficial del Obispo de Merlo-Moreno:
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