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“La pincelada” de Dios en Colombia a través de Francisco

Escrito por Redacción R+F

Foto tomada de www.cec.org.co. 

Entrevista con Monseñor Óscar Urbina, recién nombrado Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, a propósito de la visita apostólica de Su Santidad el Papa Francisco a Colombia del 6 al 11 de septiembre de 2017.  

A sus 18 años, la visita del Papa Pablo VI a Colombia, en 1968, le permitió experimentar de manera más fuerte el llamado a la vocación sacerdotal. Casi tres décadas después, siendo rector del Seminario Conciliar o Mayor de Bogotá, tuvo la fortuna de ser el maestro de ceremonias del encuentro de jóvenes con el Papa Juan Pablo II, en su viaje en 1986, en el estadio El Campín. Ahora, recibirá al Papa Francisco como máxima cabeza de la Iglesia Católica en Colombia.

El Arzobispo de Villavicencio, Monseñor Óscar Urbina, elegido el pasado 5 de julio como nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha sido testigo directo de la obra de Cristo a través de su Vicario en la Tierra, no solo por su historia personal, sino también por los diversos testimonios de quienes se han dejado transformar a través de algún encuentro con el Papa.

En entrevista con Razón + Fe, Monseñor Urbina compartió su visión de Francisco, la importancia de su histórica visita a Colombia y sobre otros temas de especial interés para los católicos, como la unidad de la Iglesia y la indisolubilidad del matrimonio sacramental.

La pedagogía de Francisco

Razón + Fe (R+F): ¿Qué lectura hace del Pontificado del Papa Francisco?, ¿cómo cree que será recordado?

Monseñor Óscar Urbina (MU): Cada Papa es una pincelada de Dios. Él va tejiendo y construyendo toda la historia a través de personas concretas, como lo hizo desde Abraham, de lo cual la Biblia es testimonio, pues Dios no improvisa nada. Los últimos Papas, desde los siglos XIX y XX, han sido un regalo divino. Yo veo en este Papa un rescate de lo cotidiano hacia el mundo, como lugar de la revelación de Dios mismo. En segundo lugar, nos invita a volver a las fuentes del cristianismo que están en la persona de Jesús, el Papa insiste mucho en que miremos a Jesús.

R+F: Ud. resalta que el Papa Francisco es un pedagogo que hila sus mensajes a través de ideas sencillas y gestos de cercanía para que sean fáciles de memorizar. ¿Cuáles serán esas ideas o semillas que él viene a sembrar en esta visita apostólica?

San Pedro Claver. Fuente: Radio María Argentina.

MU: Serán cuatro mensajes que viene a sembrar, porque son cuatro los escenarios que a la vez servirán de areópagos para todo el país. En Bogotá el mensaje será por la vida y la familia; en Villavicencio, la reconciliación en Dios con los colombianos y la creación; en Medellín, ser discípulos misioneros del Señor como laicos, consagrados y sacerdotes, y en Cartagena, a la luz de la memoria de San Pedro Claver, será del trabajo de la Iglesia por quienes no tienen voz, los más necesitados y vulnerados en sus derechos fundamentales.

R+F: ¿Cuál será el gesto particular de Su Santidad en Villavicencio, además de la beatificación de los mártires Jesús E. Jaramillo (obispo) y Pedro Ma. Ramírez (sacerdote), y su mensaje a las víctimas y victimarios del conflicto armado allí presentes?

MU: En la tarde, en un pequeño momento de oración por las víctimas, el Papa sembrará un árbol en el Parque de los Fundadores junto a la Cruz de la Reconciliación, la cual recorrió los siete viacrucis que se hicieron en Colombia por la paz desde 1996 hasta 2002 y cuya última estación fue en Villavicencio. Resaltaremos la cruz con el lema de ese viacrucis: “que crezca el árbol de la vida”, unificando el mensaje de perdón y reconciliación, porque Cristo al morir, como dice San Pablo, destruyó el muro que nos separaba, el odio. A los pies pondremos el número de las víctimas del conflicto armado: asesinados, mutilados, desplazados, violentados de cualquier manera; no los nombres, pues sería imposible. Así, la siembra del Papa hará que crezca “el árbol de la vida”.

R+F: En este contexto de la reconciliación, algunos interpretan la visita del Papa como una refrendación al documento del acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 con la guerrilla de las Farc. ¿Cómo mitigar esta instrumentalización de ciertos sectores políticos?

MU: Una cosa es la estrategia hacia la paz que se desarrolló durante años y costó tanto, pero la Iglesia entra a este proceso con el Evangelio, la doctrina social y los rituales de reconciliación para ayudar a los colombianos. Especialmente, a aquellos que no han podido perdonar para que den el primer paso de la reconciliación y no sigan amarrados a los victimarios, sino que se liberen y conserven la memoria, purificándola, porque, aunque es humano que se hayan generado odios y rencores, hay que construir un nuevo país en la fraternidad y mirarnos a los ojos como hermanos.

[mks_pullquote align=”left” width=”300″ size=”20″ bg_color=”#2f7cbf” txt_color=”#ffffff”]Cuando uno aprende a respetarse a sí mismo, se respeta al otro y a la Creación.[/mks_pullquote]R+F: También es posible que algunos de quienes no están de acuerdo con todo lo que se pactó en La Habana asuman la visita del Papa como una desautorización a su posición…

MU: No, hay que ir más allá, hay que tener la valentía para ir a lo profundo. No quedarnos en la epidermis de la polarización política. El fruto de la reconciliación tiene que madurar, y apenas está germinando.

R+F: ¿Y qué más frutos espirituales concretos podemos esperar de la visita del Papa?

MU: El tema de Villavicencio resume un gran fruto: una persona que se deja reconciliar por Dios es capaz de reconciliarse con el hermano, y esta reconciliación también tiene un impacto muy grande sobre la Creación, porque buscarán que la casa común sea respetada, protegida, amada. Por ejemplo, en los Llanos hay que empezar a hablar de un turismo responsable, donde los habitantes y los visitantes cuiden la naturaleza; que no pase lo que sucedió en la Macarena, donde metieron los jeeps encima de las algas que le dan colores a Caño Cristales. Cuando uno aprende a respetarse a sí mismo, se respeta al otro y a la Creación.

R+F: Monseñor, ¿cuál será el primer paso que Ud. dará, siguiendo el lema de la visita apostólica?

MU: El primer paso que me corresponde dar es que el patrimonio espiritual que nos dejará la visita del Papa se vuelva realidad.

Con criterios claros

R+F: Además de la reconciliación, la unidad y el diálogo también son mensajes medulares de Francisco en lo que él llama la “cultura del encuentro”. A raíz del comunicado que emitió la Conferencia Episcopal frente al programa “Un café con Galat”, del canal Teleamiga, ¿Ud. percibe que existe la posibilidad de un cisma dentro de la Iglesia?

[mks_pullquote align=”left” width=”300″ size=”20″ bg_color=”#2f7cbf” txt_color=”#ffffff”]Donde no hay unidad no está Dios…No podemos dejar pasar cosas que no se deben dejar pasar.[/mks_pullquote]MU: San Pablo, en el capítulo 21 de los Hechos de los Apóstoles, al despedirse de la comunidad que el más amó, los Corintos, les dijo a los presbíteros y a los obispos: “cuiden de ustedes y cuiden de la comunidad, y háganlo bajo la luz de la Palabra, porque surgirán muchos que interpretarán mal la doctrina de Jesús y entonces crearán división”. Para San Pablo el sueño de la Iglesia es siempre la unidad. Donde no hay unidad no está Dios. En cuanto al comunicado, se trata de un llamamiento a que si uno comete una equivocación tiene posibilidad de corregirla, y eso es lo que hemos hecho, cumpliendo los pasos que dejó San Mateo en el capítulo 18 de su evangelio, cuando dice que se hable primero con la persona, luego que se envíe a otros para que hablen con ella y si no se puede hacer más, con mucho dolor, hay que ser claros ante la comunidad. No podemos dejar pasar cosas que no se deben dejar pasar.

R+F: ¿Qué decirles a aquellas personas o sectores de la Iglesia que perciben como confusas algunas declaraciones del Papa Francisco?, ¿cuál ha sido su criterio personal de discernimiento frente a esto?

MU: Son malas interpretaciones y tenemos que ser como creyentes muy críticos en lo que leemos, inclusive en lo que repartimos. Además, hay que adquirir una responsabilidad muy grande sobre la misma persona del Papa. Hay una coherencia muy grande entre la palabra y la vida del Papa, y este es un elemento para discernir. Él es un hombre tremendamente coherente.

R+F: Como nos decía, en Bogotá el mensaje del Papa se centrará en la vida y la familia, cuyo fundamento es el matrimonio. A la luz de la exhortación apostólica “Amoris laetitia” ha habido diversas interpretaciones, incluso lecturas de algunas conferencias episcopales en Europa abogando por que la Iglesia permita la comunión a los separados vueltos a casar, así no vivan en castidad. ¿Cree que podría haber cambios frente a la indisolubilidad del matrimonio sacramental?

[mks_pullquote align=”left” width=”300″ size=”20″ bg_color=”#2f7cbf” txt_color=”#ffffff”][S]obre la Comunión Eucarística el Papa Juan Pablo II ya había trabajado en el No. 58 de la exhortación “Familiaris Consortio”, afirmando que la Comunión es lo más perfecto de la vivencia cristiana, pero esto no excluye a aquellos que, por la oración y la participación misma de la Misa, en la escucha de la Palabra y en la responsabilidad con la familia, encuentran un camino para santificarse.[/mks_pullquote]MU: No ha habido ni va a ver cambios en la doctrina. Yo participé en el Sínodo de la Familia y el Papa Francisco fue muy claro, diciendo: “para mí es clara y mantengo toda la doctrina”. Fui testigo de ello cuando se abrió la última sesión del Sínodo en octubre de 2015.

R+F: Y ahora como Presidente de la CEC, ¿cuál será su directriz pastoral para la acogida de los separados vueltos a casar, que son una realidad?

MU: La misma que surgió en el Sínodo y que el Papa fortaleció mucho: la pastoral del acompañamiento. Hay acompañamientos penitenciales y acompañamientos sanadores que se pueden hacer, lo importante es no excluir. Ahora, sobre la Comunión Eucarística el Papa Juan Pablo II ya había trabajado en el No. 58 de la exhortación “Familiaris Consortio”, afirmando que la Comunión es lo más perfecto de la vivencia cristiana, pero esto no excluye a aquellos que, por la oración y la participación misma de la Misa, en la escucha de la Palabra y en la responsabilidad con la familia, encuentran un camino para santificarse.

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