Mediante la carta apostólica denominada Inde a Primis, el papa Juan XXIII decidió promover la devoción y el culto a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Esta devoción resalta el hecho de que fue la preciosa Sangre de Cristo la que logró rescatarnos del pecado, abrirnos las puertas del cielo y es un importante elemento de purificación y redención para la Iglesia. La sangre de Cristo está presente en el sacramento de la Eucaristía, alrededor del cual gira la vida cristiana.
Oración a la Preciosa Sangre de Jesucristo
Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Amén.
Fuente: EWTN.