Espiritual Fe

Jesús ora por nosotros, ¡Somos su comunidad amada!

En verdad lo saben, se sienten y viven como la comunidad entrañablemente amada por Dios, poseen una altísima autoestima como creyentes en medio de un mundo que quisiera aplastarlos y avergonzarlos, es la comunidad del “auténtico orgullo cristiano”, viven en un estado de alegría colmada porque se experimentan amados, no obstante la dificultad.

“Padre Santo, cuida en tu nombre a los que me has dado”.

Jn 17, 11-19

Continuamos en escucha de la oración de Jesús más prolongada que encontramos en los evangelios, son 26 versículos del capítulo 17 de San Juan, que nos permiten internarnos en la poderosa plegaria de Jesús; plegaria que dará un rasgo innegable a aquel movimiento seguidor como “la comunidad del discípulo amado”. En verdad lo saben, se sienten y viven como la comunidad entrañablemente amada por Dios, poseen una autoestima altísima como creyentes en medio de un mundo que quisiera aplastarlos y avergonzarlos, es la comunidad del “auténtico orgullo cristiano”, viven en un estado de alegría colmada, no obstante la dificultad.

Por ellos Jesús se ha entregado sin reservas hasta consagrarse y sacrificarse para darles la vida abundante que está en entrar en la comunión del Padre y experimentar su abrazo amoroso. No es una comunidad de huérfanos, en esta oración más de seis veces escucharán a Jesús llamar confiadamente y muy familiarmente al “Padre”; esa paternidad será finalmente el absoluto y lo definitivo de la travesía de la existencia humana.

Viven intensamente la fuerza de este vínculo hasta reconocerse en la intimidad orante de su Señor y Maestro, ellos son el tema de dialogo entre el Hijo y el Padre, son la conversación importante, prolongada y recurrente que traerá la alegría de la Presencia del Santo Espíritu, jamás estarán solos.

En la oración se nos describe un aspecto muy especial, el Señor Crucificado y Resucitado está con ellos permanentemente en esa mezcla de palabras que manifiestan una “cierta confusión de tiempos” en un relato pre pascual y al mismo tiempo pos pascual; se trata de una Presencia del Amado antes, ahora y siempre; “Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo” (v. 13), y momento seguido Jesús expresa:”Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo” (v. 11.12.22).

La comunidad amada se sabe una prioridad en el Corazón de Jesús, sus nombres identificados y sus rostros reconocibles, son un ruego, un clamor, una ofrenda del Hijo para el Padre, una recomendación del Corazón del Hijo que jamás el Amor del Padre puede desestimar. La comunidad es un amoroso intercambio de lo mejor que el Padre un día puso en manos del Hijo para que les revelara su valor, y ahora el Hijo consagrado y glorificado, los entrega a Su Padre como el don de lo mejor de Sí, esa comunidad se experimenta como un REGALO amoroso de Dios. “¡Eso somos como Católicos!”.

Intención de Oración: hace 4 meses falleció mi papá Miguel Segundo Fernández Gutiérrez, agradezco una oración por su salvación eterna.

Fraternalmente, Miguel Salvador Fernández.

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