Fe

¿Hoy se conoce algo nuevo sobre el Jesús histórico?

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Escrito por Padre Henry Vargas

¿De Jesús sólo se habla en los Evangelios? ¿Lo que se dice de Él, dentro o fuera de los evangelios, es aceptado y/o tiene validez para el historiador profano y el científico moderno? ¿Hoy en día se conoce más del Jesús histórico o Él sigue siendo para muchos un personaje real dentro de una historia ficticia?

Por ser los evangelios relatos escritos por los seguidores de Jesús, y de alguna manera textos redactados desde la fe, muchos historiadores han cuestionado su objetividad.

Los relatos evangélicos han sido considerados poco creíbles porque, según algunos, no contenían lo que Jesús dijo e hizo, sino lo que creían los seguidores de Jesús décadas después de su muerte. Y a esto se agrega el hecho de que Jesús no haya escrito nada de su puño y letra y que no haya pruebas ni siquiera arqueológicas de su paso por esta tierra.

A pesar de todo, de Jesús de Nazaret tenemos más y mejor información, dentro y fuera del ámbito religioso, que de la mayoría de los grandes contemporáneos de su tiempo de los cuales no se cuestiona su historicidad.

Lo que ha dicho y hecho Jesús se ha puesto por escrito después de lo que se trasmitió oralmente de Él (la tradición). Lo que sabemos de Jesús es fiable y creíble porque sus testigos contemporáneos y sucesivos son dignos de credibilidad y porque la tradición es crítica consigo misma. Y lo que la Tradición nos trasmite resiste el análisis de la crítica histórica.

Es la Tradición de la Iglesia la que nos da garantías de la existencia de Jesús y de todo lo referente a Él y es el Magisterio de la Iglesia la que nos dice cómo interpretar los evangelios.

Hasta la Ilustración la gente estaba convencida de que lo que se podía conocer de la vida de Jesús se contenía exclusivamente en los evangelios.

Hoy en día, con el desarrollo de la ciencia histórica, con los avances arqueológicos y con el mayor y mejor conocimiento de las fuentes antiguas podemos confirmar lo dicho y hecho por Jesús.

Desde el punto de vista histórico, los investigadores de varias ciencias, incluso ateos, aceptan por unanimidad al menos ocho hechos de Jesús y en relación a Él, son hechos incuestionables.

Dichos hechos son:

1.- Jesús fue bautizado por Juan Bautista.

2.- Jesús mantuvo una controversia sobre el papel del templo.

3.- Jesús limitó su ministerio o su radio de acción a Israel.

4.- Jesús llamó a algunos discípulos y habló de que eran doce.

5.- Jesús era un Galileo que predicó y realizó milagros.

6.- Jesús fue crucificado fuera de Jerusalén por las autoridades romanas.

7.- Tras la muerte de Jesús, sus seguidores continuaron formando un movimiento identificable, llamado la Iglesia.

8.- Algunos judíos persiguieron a ciertos grupos cristianos (Ga 1, 13.22; Flp 3, 6); y esta persecución judía contra el cristianismo duró, incluso, hasta el final del ministerio de Pablo (2 Co 11, 24; Ga 5, 11; 6, 12; Mt 23, 34; 10, 17).

La aplicación de los criterios de historicidad sobre estos datos permite establecer el grado de coherencia y veracidad de las afirmaciones evangélicas, y que lo que se contiene en esos relatos es sustancialmente cierto.

Sobre esta base mínima en la que los historiadores están de acuerdo se pueden determinar como fidedignos desde el punto de vista histórico los otros datos contenidos en los evangelios. 

Los evangelios son por ello dignos de credibilidad y, a los ojos de cualquier historiador, se puede descubrir en ellos un gran conjunto de elementos sobre Jesús con los que Él manifestó la singularidad de su persona.

También se han incorporado a la investigación sobre Jesús hallazgos arqueológicos recientes; son hallazgos muy ilustrativos para nuestro conocimiento de la región de Palestina en el siglo I.

Desde que en el siglo XIX se aplicaran los modernos métodos de la ciencia histórica a los evangelios, la investigación sobre Jesús ha evolucionado y la situación hoy en día es mucho más abierta y positiva; de manera que el escepticismo en el que se situó la investigación sobre Jesús a mediados del siglo XX ha quedado superado.

En la actualidad se conoce mucho mejor el contexto histórico y literario en el que vivió Jesús y en el que los evangelios fueron escritos. La mayor familiaridad con las obras del mundo judío contemporáneas a Jesús ha permitido verificar y comprender con más facilidad los relatos evangélicos y la imagen de Jesús en el judaísmo de su tiempo.

Finalmente, a la mayor comprensión de las fuentes se ha añadido el empleo de nuevos métodos y aproximaciones exegéticas, que ha contribuido a superar las limitaciones y rigideces del método histórico empleado en épocas anteriores.

Nuestro conocimiento del Jesús histórico es, por tanto, cada vez más sólido.

P. Henry Vargas Holguín.

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