
Por Jesús Vallejo Mejía
Es evidente que los cristianos y, en especial, los católicos albergamos creencias que desafían la racionalidad científica y, por consiguiente, resultan difíciles de entender y aceptar para aquellos que dicen que solo se fían de lo que las ciencias positivas tengan por bien establecido.
No faltan los que se mofan de la idea de que una virgen haya concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y exijan, siguiendo a Hume, pruebas extraordinarias para los hechos extraordinarios en que se funda nuestra fe.
Pero esas pruebas extraordinarias existen, están bien documentadas y son contundentes.




Yves Chiron publicó hace algún tiempo su “Enquête sur les apparitions de la Vierge” (Le Grand Livre du Mois, Paris, 1985), dentro de las que hay que destacar, además, las de Lourdes y de Fátima.
La primera es famosa por las curaciones inexplicables desde el punto de vista médico que se han producido en visitantes del santuario que lleva su nombre, de una de las cuales dio fe en “Viaje a Lourdes” Alexis Carrel, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina. Menos conocido, pero no menos elocuente, es el testimonio de Franz Werfel, gran escritor judío y tercer esposo de Alma Mahler, quien huyendo de la persecución nazi tuvo que refugiarse cerca de Lourdes, en donde tuvo conocimiento de los pormenores de la historia de las apariciones. Para cumplir su promesa de escribir sobre el tema si lograba salvarse de los nazis, publicó poco después, en Estados Unidos, un bellísimo libro, “La Canción de Bernadette: Historia de las Apariciones de la Virgen de Lourdes”, (Ediciones Palabra, Madrid, 2010), que sirvió de base para una también preciosa película que se filmó en 1943 y puede conseguirse en DVD en el mercado doméstico o verse en youtube a través del siguiente enlace:
Sobre Fátima, me limito a mencionar el “Milagro del Sol”, presenciado por varias decenas de miles de personas el 13 de octubre de 1917 y sobre el cual hay registro gráfico.
¿Y qué decir de las lacrimaciones de Akita, que divulgó la televisión japonesa y pueden verse también en el siguiente enlace de youtube:
El tema de los Milagros Eucarísticos ha sido estudiado a fondo por el Profesor Ricardo Castañón Gómez Ph.D. en su libro “Más allá de la Razón…un diálogo de complementariedad entre la Ciencia y la Fe”, publicado en Bolivia en 2009 por el Centro Internacional de Estudios Para La Paz. Sus impresionantes descubrimientos están al alcance de todos en el siguiente video:
Pero más importantes que estos signos visibles, son los que podríamos llamar “milagros interiores”, tales como los fenómenos de conversión que experimentaron Paul Claudel y muchísimos más, entre los que destaco a Manuel García Morente, el célebre filósofo español, autor de unas memorables “Lecciones Preliminares de Filosofía” que han servido a varias generaciones de estudiantes como guía para iniciarse en el estudio de tan excelsa disciplina. Sobre esta edificante conversión puede documentarse el lector en Fluvium.
Milagros interiores son también los cambios radicales de vida que muchos hemos experimentado y solo podemos atribuírlos a la acción providente y misericordiosa de la gracia de Dios. A quien desee conocer más sobre el asunto, le recomiendo que lea el libro de Joseph Kessel, “Alcohólicos Anónimos”, publicado por Plaza y Janés en Barcelona en 1969, o se acerque a pedir literatura disponible en las Oficinas de Servicios Generales de A.A.
Leí hace poco en Crisis Magazine un acertado artículo de Anthony Esolen que lleva por título “A Response to Enemies of the Faith“, en el que observa que, a diferencia de los críticos de antaño que se tomaban el trabajo de estudiar los fundamentos de nuestras creencias religiosas antes de combatirlas, los de hoy suelen ignorarlos, de suerte que hablan sobre lo que no saben. Tal el caso de Dawkins, al tenor de las declaraciones que dio para la prensa capitalina a raíz de su reciente visita a Colombia. El artículo de Esolen puede leerse aquí.
Tomado del Blog Pianoforte con autorización de Jesús Vallejo Mejía
Imagen principal: El Tiempo