Hay un tiempo para todo
“Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa… Al final ¿qué provecho saca uno de sus afanes? Me puse a considerar la tarea que Dios impone a los hombres… Vi entonces que su verdadero bien es la alegría y hacer el bien durante su vida… Vi que todo lo que hace Dios perdura para siempre; no hay nada qué añadirle, nada qué quitarle. Y Dios actúa de manera tal que se le respete. Vi otras cosas bajo el sol: en vez de derecho se encuentra la injusticia; en la sede de la justicia se sienta el malvado. Y me dije a mí mismo: Dios juzgará al justo y al malo, pues hay tiempo para todo, y nada escapa a su juicio”.
Eclesiastés (Qohelet), 3, 1-17, Biblia Católica Online.
Es Navidad y termina el año: es tiempo de reflexión, de oración y de evaluación. Es tiempo de agradecer. Pero, sobre todo, es tiempo de Creer: de recuperar la fe en el único Dios vivo y verdadero, que nos devuelve la Vida.
Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Juan 10, 10b
Creer es la única forma de crecer y de avanzar. Yo creo y, por eso, aspiro a hacerlo, aunque muchas cosas, en su apariencia, parezcan contradecirlo. Yo Creo, a pesar de las dificultades, y aún en medio de ellas.
Jesús continuó con esta comparación: «Un hombre tenía una higuera que crecía en medio de su viña. Fue a buscar higos, pero no los halló.
Dijo entonces al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar higos a esta higuera, pero nunca encuentro nada. Córtala. ¿Para qué está consumiendo la tierra inútilmente?»
El viñador contestó: «Señor, déjala un año más y mientras tanto cavaré alrededor y le echaré abono.
Puede ser que así dé fruto en adelante y, si no, la cortas.»
Lucas 13, 6-9
Yo Creo, porque sé que Dios, a pesar de mis propias falencias y pecados, aún cree y espera en mí. Ese es el hilo que me mantiene atado a la vida, y es la fuente de mi esperanza: Dios mismo.
«María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios»».
Lucas 1, 34-37
Por eso, en Acción de Gracias, y como un acto de fe, a Él le entrego el año que termina y el que viene. A Él confío el alma de mi madre fallecida este año, y la vida de mis seres queridos.
«Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»».
Lucas 1, 38
A Él le pido la Bendición para ti y ruego por todas las personas que llegan a mi vida, así sea en las encrucijadas con que esta a veces nos prueba.
Agradezco a Dios tus oraciones por mí, y le suplico las atienda y pague generosamente. Las necesito, también hoy, y siempre; así que te pido me mantengas en ellas.
Yavé dijo también a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los hijos de Israel. Dirán:
«¡Yavé te bendiga y te guarde!
¡Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos!
¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz».
Es así como ellos pondrán mi Nombre sobre los hijos de Israel, y Yo los bendeciré.
Números 6, 22-27
Muchísimas gracias. Dios te guarde y te bendiga.