El padre Javier Boyacá Estupiñan reconoce que a veces peca por dedicarle demasiado tiempo a su Instagram, sin embargo confía en que Dios lo vea con buenos ojos debido a que lo utiliza como una herramienta para evangelizar a los jóvenes.
A uno le da mucha alegría poder ejercer a través de estos medios y que detrás de las pantallas haya una respuesta de fe. Hay una distancia física, pero hoy más que nunca estamos unidos desde la fe y la oración.
– Padre Javier Boyacá Estupiñan
El Tiempo lo entrevistó por ser millennial y el sacerdote más joven de la diócesis de Zipaquirá, quien ya tiene 14.000 seguidores en su cuenta de Instagram.
Quise ser sacerdote para entregarme a servir de una manera distinta. Es conocer el amor de una manera distinta. Creo que tan pronto salgo del colegio, es lo que me anima a compartirles a mi familia y a decirme por el sacerdocio.
A través de las redes sociales recibe muchas solicitudes de intercesión las cuales anota en una libreta, para llevarlas luego a la oración.