“Los defensores del ‘camino sinodal’ alemán son ‘propagandistas de una iglesia secularizada que se ha distanciado de Cristo, que quieren desterrar las violaciones de la antropología natural y revelada y de la moralidad sexual, destruyéndolas’ “, escribe el cardenal Müller en un artículo de opinión de LifeSiteNews.
Müller celebró que se hayan publicado las declaraciones oficiales de los cardenales Ladaria y Ouellet sobre la visita ad limina de los obispos alemanes, argumentando que “los católicos maduros tienen derecho a saber qué preocupaciones ha expresado el Magisterio romano sobre los textos abiertamente heréticos y cismáticos del Camino Sinodal Alemán”.
Si quieres recibir noticias de actualidad sobre la Cultura de la Vida, te invitamos a seguirnos en nuestro CANAL DE TELEGRAM haciendo clic AQUÍ.
Destacó que las opiniones de los dos cardenales tiene peso no sólo por su cargo, sino también porque contrasta con los simpatizantes sinodales en que ellos saben en qué consiste la fe católica y cómo la verdad y el error deben distinguirse entre sí teológicamente.
“Si hacía falta alguna prueba de esta perversa resistencia a reconocer el Magisterio romano (cf. Lumen gentium 18; 23), no hubo que esperar mucho. Dos días después de su regreso de las tumbas de los apóstoles, la DBK [Conferencia Episcopal Alemana] ha reformado el derecho laboral canónico con el fin de acoger la concepción ateo-materialista del hombre, en línea con la ideología LGBT, en total oposición a la antropología cristiana”, señaló el Cardenal.
“Sin entrar en los graves errores particulares de los textos sinodales publicados hasta ahora, en cuestiones de la doctrina de la fe y la moral de la Iglesia católica, me parece razonable la siguiente explicación: El objetivo principal de toda la campaña es la preservación del cristianismo como la religión civil del estado secular y de una gran parte de la sociedad religiosamente agnóstica e indiferente en su conjunto. Por lo tanto, uno se ofrece al “mundo moderno”, sea lo que sea, como una organización sociopsicológica útil, de carácter religioso y para el servicio social”, agregó.
Explicó que “Todo lo que no encaja en esta clasificación de la Iglesia como programa mundano para hacer feliz a la humanidad, se encubre exteriormente en este plan maestro de autosecularización y se reinterpreta interiormente para evitar cualquier contraste o incluso contradicción profética con el “humanismo sin Dios” o posthumanismo nihilista”.
Y finalmente, que “Los únicos miembros que, según esta lógica secular, merecen ser expulsados de la Iglesia son aquellos católicos (“fundamentalistas”, “tradicionalistas”, “conservadores-rígidos”, etc.) que todavía son fieles a su credo bautismal. Y sólo aquellos obispos que permanecen fieles a su credo bautismal son maliciosamente difamados en Roma como causantes de las campañas instigadas contra ellos en sus propias diócesis, y sistemáticamente desacreditados por sus hermanos. Durante la visita ad limina, los “falsos hermanos” (Gal 2,4) no dudaron, en presencia del arzobispo de Colonia, en obligar al Santo Padre a violar flagrantemente el ius divinum [ley divina] del episcopado, es decir, que debería deponer a un obispo íntegro, solo para satisfacer el instinto de caza y el impulso de poder de los ideólogos que hace tiempo que rompieron con el cristianismo en el sentido más profundo de tener una mentalidad afín a la de Cristo”.
Para apoyar el trabajo de R+F puedes hacer un aporte único o periódico con cualquier tarjeta débito o crédito: