Actualización: El Partido Colombia Justa Libres anunció que retiraba su apoyo al proyecto a través de un comunicado difundido en Twitter.
Congresistas del Partido Conservador, Centro Demócratico y Colombia Justa Libres están apoyando un Proyecto de Ley que impone el modelo de “Crianza Positiva” como el oficial del Estado y obligatorio para todos los padres de familia.
Esta técnica educativa se haría exigible a todos los padres y se convertiría en un derecho esencial de los niños, exigible administrativamente a través del proceso de “Restablecimiento de Derechos”, junto con campañas de sensibilización y cursos de reeducación para padres de familia.
Nuevo derecho convertiría a los hijos en jueces de sus padres, y generaría un sentimiento de victimismo en los niños, así como una grave pérdida de autoridad en los adultos.
Como lo reconoce la representante del Partido Verde Juanita Goebertus, y una de las principales promotoras de la ley, este proyecto de ley pretende limitar la autonomía de los padres para decidir sobre la educación que dan a sus hijos, algo que afectaría gravemente uno de los aspectos más íntimos de la relación entre padres e hijos: la Patria Potestad.
¿Qué dice el Proyecto de Ley 179 de 2019?
Redactado e impulsado por ONG Save the Children y la Alianza para la Niñez Colombiana (UNICEF) , el proyecto aparece firmado por el Representante Liberal del Caquetá, Harry Giovanny González, y prohíbe a los padres usar cualquier método de corrección que genere el más “leve” “dolor o malestar”.
De aprobarse esta norma, se agregaría al artículo 262 del Código Civil:
Queda prohibido el castigo físico y cualquier método de corrección, sanción o disciplina que involucre el uso de la violencia.
Además, el proyecto define el Castigo Físico como:
Todo castigo en el que se utilice la fuerza física y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, aunque sea leve…pegar a los niños con la mano…zarandear o empujar a los niños, arañarlos, pellizcarlos…tirarles del pelo…obligarlos a ponerse en posturas incómodas…obligarlos a ingerir alimentos hirviendo u otros productos.
Queda claro que la enumeración no es exhaustiva y muchas otras conductas entrarían dentro de esa prohibición.
Por ejemplo, en los manuales de Save the Children se califican como “castigo humillante y degradante” los “gritos, regaños, amenazas de castigos”, así como los “baños con agua fría”, el “encierro” o “ignorarle cuando le habla al adulto”.
Finalmente, el proyecto de ley crea un “Derecho al buen trato” que establece que
en ningún caso serán admitidos los castigos físicos como forma de corrección ni disciplina.
Así, una ligera, oportuna y necesaria palmada se convertiría en una “violación de los derechos de los niños”, que exigiría la intervención de los servicios sociales del Estado.
El alcance de esa intervención es impredecible ya que los funcionarios estatales de familia (jueces, defensores del ICBF, comisarios de familia) tienen facultades amplias y discrecionales.
Eso significa que un padre que en alguna ocasión dé una palmada a sus hijos, en principio debería ir a unos cursos estatales de “reeducación”, firmar compromisos y recibir amonestaciones legales por haber “maltratado” o “violado los derechos de sus hijos”.
Sin embargo, si a juicio del funcionario es necesario, podrían tomarse otras medidas que podrían ir desde un cambio en la custodia de los hijos, hasta la pérdida de la Patria Potestad (a través de un proceso judicial) y la entrega del hijo en adopción.
En caso de que la “violación” se repita después de la amonestación, los padres podrían pagar multas e incluso ser arrestados.
Esto es más probable que suceda cuando hay conflictos entre los padres o con terceros, quienes de mala fe pueden invocar la “defensa de los derechos del niño” como arma contra quien tiene la custodia, así como en los casos de niños con comportamientos difíciles de manejar o de padres con ciertas limitaciones culturales, emocionales o intelectuales, que les dificulte adoptar este exigente modelo de crianza.
Preguntas frecuentes sobre las palmadas y la “crianza positiva”:
Yo nunca he tocado ni le he levantado la voz a mi hijo para corregirlo, ¿me afecta en algo el proyecto de “crianza positiva”?
El hecho de que el Estado asuma una autoridad que no le corresponde para intervenir en la vida íntima de las familias, afecta las libertades de todos, y genera un peligroso precedente que con seguridad no terminará allí.
Además, para la promoción del “nuevo derecho al buen trato” se invertirán grandes cantidades de dinero en publicidad, orientadas a poner a los niños en el papel de jueces de sus padres, así como infundir un sentimiento de “victimismo” en los niños, que genera desconfianza, debilita la sana autoridad y crea situaciones de conflicto.
¿Puede ser necesario el castigo físico en la crianza de los niños?
El tema del castigo físico ha sido debatido durante décadas por los expertos en Pediatría. La Asociación Americana de Pediatras publicó en 2018 una posición institucional que calificaba el castigo físico como innecesario y contraproducente.
Sin embargo, varios críticos han señalado la escasez y los fallos metodológicos de las investigaciones en las que se basan ese tipo de posiciones radicales.
Incluso Christopher Ferguson, un psicólogo e investigador de la Universidad de la Florida que se opone al castigo físico, advierte que cualquier afirmación categórica sobre las necesidad o perversidad de esta forma de disciplina es “irresponsable”, debido a la falta de evidencia científica.
Por otra parte, el Colegio Americano de Pediatras ha argumentado que el castigo físico, dentro de ciertos parámetros, puede ser muy efectivo para la crianza de los niños.
En el mismo sentido, Robert Larzelere, Ph.D., profesor e investigador en crianza paterna de la Universidad Estatal de Oklahoma, argumenta que un castigo físico condicionado puede ser de ayuda cuando los niños no responden a otro tipo de medidas disciplinarias.
¿Qué tiene de malo que el Estado imponga a los padres un método de crianza oficial, si está basado en el “buen trato”?
La imposición de métodos o doctrinas oficiales de crianza implica una reducción dramática en las libertades de los padres, que más allá de otorgarle a los funcionarios públicos y a los activistas de esta doctrina un poder ilegítimo para interferir en la vida íntima de las familias, tiende a generar conflictos, y puede causar rupturas en familias sólidas, sanciones a padres ejemplares, debilitar seriamente la autoridad de los padres frente a sus hijos y privar a los padres del uso de herramientas de corrección que en determinados momentos y para algunos niños pueden ser necesarias.
¿No se urgente una norma de este estilo para reducir la violencia en Colombia?
Los promotores usan ese argumento, pero no son capaces de ofrecer ninguna evidencia más allá de lo anecdótico.
La “crianza positiva” es una teoría de moda, que asume unos supuestos cuestionables y aspira a construir un mundo utópico a partir de la erradicación de todo dolor y sufrimiento en la crianza.
¿Si no se aprueba esta norma los padres seguirán teniendo el “falso derecho” de maltratar y abusar de sus hijos como quieran?
De ninguna manera. La legislación actual de familia cuenta con amplias herramientas para intervenir en estos casos, tomando las medidas que san necesarias, si es necesario hasta entregar los niños en adopción.
La diferencia es que para que el Estado pueda intervenir en la familia, hoy en día es necesario “demostrar” una afectación en el niño a través de un informe de psicología o trabajo social, o que haya evidencia de “abuso” o “violencia” en las conductas de los padres.
Con la ley no sería necesario demostrar ni la afectación ni la violencia, ya que le ley la califica de entrada y abre las puertas para la intervención estatal.
Los promotores han explicado que la ley no es sancionatoria, sino simplemente “promotora del buen trato”
Esa afirmación es engañosa. La norma no es sancionatoria en la medida en que no crea nuevos delitos, multas ni contravenciones. Sin embargo, califica algunas formas de corrección como “violencia” y crea el derecho de los niños al “buen trato”.
De modo que de tener indicios de que un niño recibe gritos, palmadas o castigos que le generen algún “malestar, aunque sea leve”, el Estado tendría que intervenir tomando medidas, con un amplio margen de discrecionalidad de los funcionarios, para “restablecer los derechos del niño”.
En su exposición de motivos el mismo proyecto de ley señala algunas medidas existentes que se podrían tomar, como cursos de reeducación y amonestaciones que se pueden convertir en multa o en arresto.
Todo esto, sin necesidad de evidencia de una verdadera afectación física, psicológica o emocional en el niño.
Sin embargo, en más casos complejos, como cuando hay conflictos entre los padres, se podrían ordenar cambios en la custodia o inclusive una declaratoria de adoptabilidad, cuando se trate de padres con especiales limitaciones y dificultades.
¿De dónde surge la “crianza positiva”?
La teoría de la crianza positiva está fundada en el trabajo de Alfredo Adler (1870 – 1937), uno de los fundadores de la psicoterapia junto con Freud y Jung, y quien fundó la “Psicología Individual”, la cual plantea que:
– el sentimiento de inferioridad es el principal movilizador de la conducta humana,
– la necesidad de una meta imaginaria (finalismo ficticio) que represente el ideal de realización personal.
– la forma de cada uno de alcanzar ese ideal es única, y determina el “estilo de vida”, donde entran en juego “la fuerza creativa del yo” o el “sí mismo creativo”.
– la cooperación o el “interés social” es un elemento esencial para el desarrollo y progreso de la humanidad, y está determinado por la interacción del niño con los padres.
– el orden en el nacimiento de los hijos marca fuertemente la personalidad de cada uno.
Desde esos principios Adler plantea que todos los niños nacen con un sentimiento de inferioridad, que intentarán compensar para poder satisfacer dos necesidades básicas: los sentidos de pertenencia y significado.
El mal comportamiento de los niños se debería a la incapacidad de los padres de satisfacer esas necesidades de pertenencia y significado.
Para que los niños se comporten bien sería necesario que los padres les ayuden a superar sus inseguridades y que se sientan “conectados” a su familia y a su medio social.
¿Son erróneas las enseñanzas de la “crianza positiva”?
Como cualquier teoría que alcanza una gran popularidad, tiene consejos muy interesantes y válidos.
Sin embargo, no funcionan siempre ni para todos los casos. Además, es un método de crianza que puede ser agotador ya que ante los problemas de comportamiento de los hijos, pone permanentemente su mirada escrutadora en la conducta de los padres.
Por otra parte, la exigencia a los padres de ser positivos puede exigir un cambio profundo de personalidad, que no está al alcance de todos, mientras que la necesidad de ofrecer refuerzos positivos puede parecer interminable.
Algunos padres que adoptan este modelo de crianza llegan a sentirse tan agotados, que terminan compensándolo con la exigencia de un tiempo exclusivo para ellos (“me-time”).
La “crianza positiva” es una extensión de la cultura terapéutica occidental que propone que el “Santo Grial” de la enseñanza está en la promoción de la autoestima, así como en la erradicación de los castigos y de los sentimientos de vergüenza.
Y como sucede con cualquier teoría, sus defensores pueden mostrar una gran cantidad de estudios favorables, al igual que pueden hacer los críticos.
Entre los trabajos académicos que cuestionan los logros de la “crianza positiva” están:
Baumeister RF, Campbell JD, Krueger JI, Vohs KD. Does high self-esteem cause better performance, interpersonal success, happiness, or healthier lifestyles? Psychol Sci Public Interest 2003;4(1):1–44;
Lukianoff G, Haidt J. The Coddling of the American Mind: How Good Intentions and Bad Ideas Are Setting up a Generation for Failure. New York, NY: Penguin, 2018;
Mintz S. Huck’s Raft: A History of American Childhood. Cambridge, MA: Belknap Press of Harvard University Press, 2004;
Reece, Helen. (2013). The pitfalls of positive parenting. Ethics and Education. 8. 42-54. 10.1080/17449642.2013.793961.
Si el gobierno le fastidia tanto que hayan tantas protestas y tantos jovenes en la calle cometiendo actos de vandalismo, como pretenden que eso cambie si lo que están logrando es minar el camino para la próxima generación de ciudadanos que no tienen el mas mínimo respeto por la autoridad y la ley?
Si el ICBF HACE ESO PREFIERO QUE SE LLEVEN UN HIJO QUE LO CRIEN ELLOS Y EVITO DOLORES DE CABEZA CON UN LADRON DROGADICTO EXPENDEDOR DE ESTUPEFACIENTES EN FIN BIEN PUEDA ICBF