Varios medios de comunicación de izquierda como The Huffington Post se habían burlado de las preocupaciones que padres de familia habían manifestado frente a ese programa, por los riesgos que podría representar para la seguridad de sus hijos.
La Biblioteca Pública de Houston tuvo que pedir disculpas públicas y prohibir el programa de lectores travestis cuando se descubrió que Albert Alfonso Garza de 32 años, quien se identificaba con el nombre de «Tatiana Mala Niña», había sido condenado por abusar sexualmente a un niño de 8 años en 2008.
La organización Resistencia Masiva ha argumentado que el propósito del programa es corromper a los niños, y ha advertido que las bibliotecas que implementan el programa de “Drag Queens” ignoran su responsabilidad de investigar los antecedentes de los travestis que contratan.
La rápida aceptación que ha tenido este programa en Estados Unidos, llama la atención por la forma como han cambiado las actitudes de los padres de familia en materia de sexualidad, pues hace unos años lo normal es que habrían evitado que sus hijos se acerquen a grupos de transexuales, mientras ahora los llevan libremente para que ellos les lean cuentos y los familiaricen con su estilo de vida.
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La noticia ha dado la vuelta al mundo, siendo difundida masivamente en Rusia y el Reino Unido además de los Estados Unidos.
El programa de Tucker Carlson en la cadena Fox News llamó la atención sobre cómo cualquier programa en una biblioteca pública para que mormones, católicos o evangélicos les lean cuentos a los niños, habría despertado polémica y con seguridad se habría cancelado inmediatamente.
Sin embargo, programas para que activistas de la ideología de género les lean a niños parecen socialmente aceptables, ya que coinciden con los valores de la religión secular que algunos quieren imponer.
Durante la alcaldía de Petro en Bogotá se realizó un programa para llevar transexuales a colegios, llamado «En Bogotá se puede ser…», el cual ha tenido continuidad durante la alcaldía de Peñalosa, aunque ahora los shows trans se hacen en la calle.
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