En una entrevista ofrecida al diario italiano Tempi, la escritora explica que el título de su libro se inspiró en las declaraciones de la actriz Megan Fox quién decía que quería superar el estereotipo de mujer sexy y ser reconocida como una actriz seria, al tiempo que salía semidesnuda en la portada de una revista de variedades.
La escritora, al ver esa contradicción, dijo interiormente a la actriz: «Entonces ponte la blusa, si quieres que te miren a los ojos».
Kelle cuestiona la necesidad que sienten las amas de casa de justificarse ante la sociedad por su elección de vida, y el que sean calificadas como mujeres «no emancipadas».
[efb_likebox fanpage_url=»https://www.facebook.com/razonmasfe/» box_width=»600″ box_height=200″» responsive=»1″ show_faces=»1″ show_stream=»0″ hide_cover=»1″ small_header=»1″ hide_cta=»1″ locale=»es_CO»]
Feminismo a la fuerza
El problema para ella es que las feministas quieren liberarlas a la fuerza y hacer política con un modelo de vida que a muchas mujeres no les gusta.
Esa política se refleja, por ejemplo, en el esfuerzo para aumentar la oferta de jardines infantiles, supuestamente con la idea de que así las mujeres serán más libres para dejar a sus hijos «aparcados».
Sin embargo, las mujeres que aprovecharían una ayuda para cuidar a sus hijos en casa no reciben ningún subsidio, dejando en evidencia que la pretendida libertad de elección es una mera ilusión.
Al respecto, la escritora se pregunta: «¿por qué elegir una política familiar que impulse a las mujeres a tener el menor tiempo posible para vivir con sus hijos y estén lo antes posible a disposición del mercado de trabajo?».
Al tiempo que señala que esas políticas benefician al sistema económico, pero conllevan la explotación de las familias, las mujeres y, en especial, de los niños.
La Iglesia católica es el último reducto de libertad
Para entender mejor la ideología que subyace a estas propuestas, recomiendo la lectura del libro “El ABC del comunismo” de Bujarin y Preobrazenskiy, publicado en 1920, el cual toma la siguiente cita:
«A la sociedad le pertenece el más originario y fundamental derecho a la educación de los niños. A partir de este punto de vista las pretensiones de los padres de endosar, mediante la educación impartida en casa, su obcecación, no sólo deben ser rechazadas, sino que tienen que ser objeto de escarnio… Por este motivo la educación social no es necesaria sólo por consideraciones pedagógicas; ella lleva en sí, de hecho, enormes ventajas económicas. Centenares, millares, millones de madres, gracias a la actuación de la educación social, son liberadas para la producción y para el desarrollo de su modelo cultural. Son liberadas de esa economía doméstica que mata el espíritu y de ese infinito número de pequeños deberes que están vinculados a la educación familiar de los niños».
Haciendo referencia a las tiras cómicas de Astérix, Kelle invita a los padres de familia, a cada familia, a «ser un núcleo, un nido de resistencia» que resista los ataques del Estado contra sus hijos, y aprender a defender la libertad de educar a los hijos hasta el punto que consideremos justo.
Y concluye: «La Iglesia [Católica, a la que se convirtió recientemente] es la última institución que me acoge así, tal como soy, que no intenta constantemente cambiar mi ser mujer y no me obliga a aventurarme por recorridos vitales que no quiero recorrer».
La entrevista completa puede consultarse en Religión en Libertad
[mks_one_half]Apoya el periodismo católico con una donación en DÓLARES con tu tarjeta de crédito:
[/mks_one_half]
[mks_one_half]O con tu tarjeta débito a través de PSE:
[/mks_col]