Espiritual

«Padre, santifícalos en La Verdad»: el criterio para orar por los sacerdotes

Santifícalos en la Verdad 2

¿Orar por los Sacerdotes porque “son muy tentados”? Sí, es muy necesario. Pero esta no sería la única razón…

Aunque conviene hacerlo siempre, en todo tiempo, de modo particular el Misterio de la Encarnación que celebramos en el Adviento, y la alegría del nacimiento de Jesús por la Obra de la Redención que celebramos en Navidad, son un tiempo propicio para centrar nuestra atención en los Consagrados, en los Servidores del Dios por Quien se vive.

Pero… ¿Cuáles serían las razones para hacerlo? ¿Orar por los Sacerdotes porque “son muy tentados”? Sí, es muy necesario. Pero esta no sería la única razón…

Más grave aún que esos aspectos “tan humanos”, es el hecho de que quienes han convivido con el Señor y se han preparado para Ser Testigos de la Verdad, enseñen y difundan el error. Precisamente por ello, es indispensable tomar en cuenta y dar primacía un criterio dado por el mismo Jesús en el Evangelio:

«Padre, santifícalos en La Verdad».

Juan 17, 17

He aquí, realmente, la intención de oración necesaria y prioritaria hoy por los Sacerdotes.

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La oportuna advertencia de un legítimo Pastor de Almas

Veamos también la oportuna advertencia que hace un auténtico Pastor de Almas al respecto, el Cardenal Giacomo Biffi ( 2015).

“…hay que decir que las falsedades, las manipulaciones y los errores deben ser desenmascarados y condenados, cualquiera que sea la persona que los proponga y cuán amplia sea su difusión.

…Nos encontramos literalmente sitiados por la malicia y el engaño: los católicos en su mayoría no reparan en ello, o no quieren hacerlo.

Si recibo un golpe en la mejilla derecha, la perfección evangélica me propone ofrecer la izquierda. Pero si se atenta contra la verdad, la misma perfección evangélica me obliga a consagrarme para restablecerla: porque
allá donde se extingue el respeto a la verdad, empieza a cerrarse para el hombre cualquier camino de salvación”.

Cardenal Giacomo Biffi († 2015), Arzobispo de Bolonia, en el prólogo del libro de Vittorio Messori “Leyendas Negras de la Iglesia”.

Oración del Santo Cura de Ars por los Sacerdotes

“Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación.

Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado.

¡Oh Jesús! te ruego por tus sacerdotes jóvenes y ancianos, por los que están enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio.

¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud.

¡Oh, Jesús!, guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes.

Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes.

Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes.

María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos.

Danos, Señor, vocaciones sacerdotales y religiosas”.

San Juan María Vianney
(El Santo Cura de Ars).

Oración de Santa Teresita del Niño Jesús por la Santificación de los Sacerdotes

“Oh, Jesús, que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra
la obra divina de salvar a las almas,
protege a tus sacerdotes (especialmente a: …………..)
en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.

Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,
que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO,
y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones,
marcados con el sello sublime del SACERDOCIO,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.

Bendice Sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de su apostolado, obtengan la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén”.

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