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Oración personal y familiar Sábado 16 de mayo

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V Semana de Pascua

Sábado 16 de mayo de 2020

 

  1. + Señal de la cruz

 

  1. Ven, Espíritu Santo. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

 

 

  1. En presencia de Dios, pedimos perdón:
  • Señor, ten misericordia de nosotros. (Respondemos) Porque hemos pecado contra ti.
  • Muéstranos, Señor, tu misericordia. (Respondemos) Y danos tu salvación.

 

  1. Proclamamos el evangelio de Jesucristo según san Juan 15, 18-21

Catequesis para mayores de 12 años

Hoy nos dice el Señor: “No sois del mundo, sino que yo os elegí y os saqué de él.” La mejor explicación a este Evangelio la encontramos en una antigua carta del siglo II, de autor anónimo, que trata sobre los cristianos en el mundo. Esta epístola es conocida como: Carta a Diogneto.

“Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.

Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.

Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.

Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.

Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto,’ se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.

El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar.”

Santo del día: San Luis Orione, presbítero (1872-1940)

Luis Orione nació en Tortona. De niño fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Turín. Ingresó al seminario y se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo. En 1892 abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. A los 21 años, abrió un colegio para chicos pobres. Luis fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, abrió nuevas casas en Pavía, Sicilia y en Roma.

Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad». Animado por una gran pasión por la Iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas de aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

Después de la primera guerra mundial se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos» para los abandonados que sufren enfermedades mentales y deformaciones físicas. El celo misionero de Don Orione se extendió en Brasil, Argentina, Uruguay, Inglaterra y Albania. En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina.

Fue muy devoto de la Virgen, predicador, confesor y organizador de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe. Don Orione falleció en 1940, suspirando «!Jesús! !Jesús! Voy». Su cuerpo se encontró intacto en el momento de la exhumación en 1965.

San Juan Pablo II dijo sobre él: “San Luis Orione, hombre totalmente entregado a la causa de Cristo y de su reino. Sufrimientos físicos y morales, fatigas, dificultades, incomprensiones y todo tipo de obstáculos marcaron su ministerio apostólico. “A Cristo, la Iglesia y las almas –decía en sus escritos- se los ama y sirve en la cruz y crucificados, o no se los ama y sirve”. El corazón de este estratega de la caridad “no conoció confines, porque estaba dilatado por la caridad de Cristo”. Este humilde hijo de un empedrador proclama que “sólo la caridad salvará al mundo” y repite a todos que “la perfecta alegría está sólo en la entrega perfecta de sí a Dios y a los hombres, a todos los hombres”.

Catequesis para menores de 12 años

  • Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
  • Se explica desde las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
  • Reflexionamos las palabras: “No sois del mundo, sino que yo os elegí y os saqué de él.”
  • En silencio meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.

Oración: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, María y José.

 

  1. Cada uno de la familia dice una acción de gracias. Dios Padre, te damos gracias por

.

  1. Ahora, cada uno hace una petición. Dios misericordioso, te pedimos por

.

  1. Presentación de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero sacrificado al Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también podemos hacernos Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál es la ofrenda que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en casa, estudiar, rezar alguna oración, llamar a alguien para saludarlo, hacer un pequeño sacrificio, estar al servicio, etc..

 

  1. Oramos como Jesús nos enseñó: Padre nuestro…

 

  1. Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

 

  1. Oramos a nuestra Madre: Dios te salve María…

 

  1. Comunión espiritual: Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio). Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

 

  1. Oremos: Dios todopoderoso, que nos das la vida eterna por medio del bautismo, te pedimos que, llamados a la inmortalidad por tu perdón, nos otorgues la plenitud de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Sagrada Familia de Nazaret: Ruega por nosotros.

 

  1. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.

 

Sugerencias:

  1. Sobre la obra de Don Orione

https://donorione.org.ar/web/index.php/miradoras/5053-16-de-mayo-dia-de-san-luis-orione

  1. Vida y obra https://www.youtube.com/watch?v=4ZSffrnh-r0

 

TIEMPO PARA ORAR

Tenemos la gracia de vivir un tiempo personal y familiar para recorrer un camino espiritual y glorificar el Santo Nombre de Dios en este Tiempo Pascual.

Ante la cuarentena que se está extendiendo, es una gran oportunidad que tenemos para dedicarle tiempo a nuestra alma, a nuestra familia y a Dios. Es un tiempo para que nuestra casa deje de ser un lugar de encierro para transformarla en un templo de oración. Por ello les ofrecemos esta guía de oración personal y familiar,[1] realizada por un sacerdote de Fasta, para las Familias peregrinas que buscan habitar en Dios.

Para hacer Oración Familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en nuestro hogar. Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.      

[email protected]

Instagram: familiasperegrinas.fe

 

[1] Las fuentes son: Diversos comentarios bíblicos de La Biblia, homilías de los Papas, Padres de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, vatican.va, fraynelson.com, catholic.net, ewtn.com, aciprensa.com, vaticannews.va, mercaba.org, aleteia.org

 

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