Pentecostés es más que una ‘fiesta’, es una Solemnidad: es decir, una profunda realidad espiritual y, como tal, una ocasión propicia y única para revisar nuestro estándar de vida cristiana, «espiritual», a la luz del Espíritu Santo.
Hacer la Voluntad de Dios es lo que trae la verdadera Paz al corazón. ¿Estoy haciendo la Voluntad de Dios, o la mía en nombre de Dios? La Paz Interior proviene del Espíritu de la Verdad, y lo primero que éste hace es traer y poner orden en mi vida, y establecer las auténticas prioridades, las que santifican –en el ámbito espiritual– y equilibran –en el temporal–.
De modo, pues, que cabe recordar y entender con claridad qué significa aquella advertencia:
«No todo el que diga ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la Voluntad de Mi Padre».
Mateo 7, 21
Y que cada uno responda a la Vocación a la que ha sido llamado…
1 Corintios 7, 17