Es muy conveniente renovar nuestra Consagración al Sagrado Corazón de Jesús en este tiempo de Cuaresma y de cuarentena
Yo, ( dices tu nombre ), entrego y consagro al Sagrado Corazón de Jesús mi persona y mi vida, mis acciones, trabajos y sufrimientos, para no servirme ya de ninguna parte de mi ser, sino para amarlo, honrarlo y glorificarlo. Ésta es mi voluntad irrevocable: ser todo suyo y hacerlo todo por su amor, renunciando de todo corazón a cuanto pudiera desagradarlo.
Te elijo, pues, ¡oh Sagrado Corazón!, por el único objeto de mi amor, protector de mi vida, garantía de mi salvación, remedio de mi fragilidad, reparador de todas mis faltas y mi asilo seguro en la hora de la muerte. Corazón lleno de bondad, justifícame ante Dios Padre y desvía de mí los rayos de Su justa cólera.
¡Corazón de Amor!, pongo toda mi confianza en Ti, pues todo lo temo de mi debilidad, pero todo lo espero de tu bondad. Consume en mí todo lo que te pueda desagradar o resistir. Que tu amor se imprima en lo más íntimo de mi corazón de tal modo que jamás pueda olvidarte ni separarme de Ti.
Te suplico por tu bondad, que mi nombre esté escrito en Ti, porque toda mi felicidad es vivir y morir en calidad de esclavo tuyo.
AMÉN