Traducido por Edwin Botero Correa
El 15 de junio, el director Franco Zeffirelli murió en Roma. Tenía 96 años. En 2006, Tempi recogió un comentario suyo sobre el discurso pronunciado en Regensburg por el Papa Benedicto XVI, en el que declaró lo siguiente:
Zeffirelli: «Occorre una Chiesa che difenda la verità con tutta la forza che Dio le ha dato»
Franco Zeffirelli 17 de junio de 2019
«Necesitamos una iglesia que defienda la verdad con toda la fuerza que Dios le ha dado».
Franco Zeffirelli
«Ha pasado un tiempo desde que esperé a que el Papa aclarara el significado del llamado «choque de civilizaciones», entre una civilización que tiene sus raíces en el cristianismo, y por esta razón ha logrado resultados extraordinarios de libertad, y una civilización afirmada con dureza en una posición arrogante, casi medieval, pero sin el brillo de la verdadera luz.
Santo Tomás dijo: «no tengas miedo de elegir entre el bien y el mal, para saber si lo que haces es bueno o malo. Si sabes cómo interrogar a tu alma, automáticamente sabrás lo que está bien y lo que está mal».
Y el «evangelio» hoy predicado con respecto a ciertos pobres es injusto: se queda en un solo punto, y es que no podemos simplemente arrancarlos de las olas de cualquier ferry para luego tratarlos como carne de trabajo. Deberíamos tener el coraje del educador. Deberíamos, porque, paradójicamente, Occidente se ha convertido en una víctima de su libertad conquistada y su progreso ilimitado.
Espero que Dios le dé una larga vida a este Papa que, estoy seguro, acaba de comenzar a hablar, y que la Iglesia indique más claramente el bien y el mal a los que no pueden distinguirlos.
En primer lugar, para nosotros, las víctimas de este liberalismo sin ninguna otra regla que la de la vida cotidiana. A los maestros de nuestras escuelas, donde la educación es cada vez más una emergencia y lo que se enseña es la confusión que aprendieron los alumnos de los años setenta. ¿Cómo podemos ser responsables de las personas que a menudo son inocentes y mal guiadas cuando ya no sabemos cómo educar y guiar a nuestros hijos a los valores y principios de nuestra civilización?
Necesitamos una Iglesia, una Iglesia muy militante, capaz de tomar una posición en el frente de la educación y en todos los problemas relacionados con ella. Debes hacerlo, defender la verdad con toda la fuerza que Dios te ha dado».