El Fiscal General de EE.UU. William Barr, quien este miércoles recibió el Premio Christifideles Laici 2020 «por su fidelidad a la iglesia, su servicio desinteresado y firme en la viña del Señor», hizo una valiente exposición sobre la situación del acoso que recibe el cristianismo en el mundo occidental, por parte de militantes secularistas, que recuerda las temáticas que solía tratar Benedicto XVI.
Barr denunció a los «secularistas militantes», argumentando que están intentando eliminar la religión de la sociedad y, con ella, la moral de la nación estadounidense.
“En el discurso público estadounidense, tal vez ningún concepto sea más malinterpretado que la noción de separación de Iglesia y Estado.
Los secularistas militantes se han apoderado de ese lema durante mucho tiempo como una justificación facilista para desplazar la religión de la plaza pública y para excluir a las personas religiosas de aportar su perspectiva en las discusiones sobre el bien común», dijo Barr.
“La separación de la iglesia y el estado no significó, y nunca significó, la separación de la iglesia y la educación cívica”, explicó.
Barr continuó argumentando que la religión en la vida estadounidense estaba siendo «sitiada por los secularistas».
“Las consecuencias de este vaciamiento de la religión han sido previsiblemente nefastas. Durante los últimos 50 años, hemos visto incrementos sorprendentes en la violencia urbana, el abuso de drogas y las familias desintegradas. Problemas como estos han alimentado el surgimiento de un gobierno central cada vez más poderoso».
Barr ha sido un activo defensor de la libertad de las comunidades religiosas, para celebrar sus actividades en medio de la pandemia del coronavirus.
Incluso ha pedido abrir investigaciones a aquellos alcaldes y gobernadores que han impuesto restricciones más severas a las actividades religiosas que al resto de actividades sociales.
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