Actualidad

Veleta López por la alcaldía mayor

Escrito por Alejandro Usma

Tan cerca ya, como estamos, de los comicios para mandatos locales y regionales, es natural que salten a la vista los muchos candidatos que pululan por doquier aspirando a diferentes puestos de gobierno y organismos corporados. En el variopinto panorama nacional, como si no fuera suficiente el inacabado espectáculo al que diario asistimos de cuenta de la ralea política que nos gobierna y representa, nos sorprende ahora un numerito extra, que tal vez se veía venir: Claudia López se lanza a la arena como candidata única de la coalición de la izquierda por la alcaldía de la capital, y para cereza del pastel, parece estar liderando las encuestas. Que entre el diablo y escoja.  

En el show político permanente del país del Sagrado Corazón la candidata Claudia López no solo ha sido protagonista por sus innumerables reacciones irascibles, sus gritos estridentes, sus estados escandalosos en los recintos de la vida pública, su falta de respeto para dirigirse a todo aquel que piensa diferente a ella, sus constantes contradicciones y mentiras refiriéndose a temas como la paz y la corrupción, sino que además tiene acusaciones de un pasado cuestionable que la justicia y los organismos de control parecen haberse negado a investigar.

Claudia López antes de ser congresista y de trabajar para ONGs, hizo también parte de la pasada alcaldía de Enrique Peñalosa en la que manejaba todas las contrataciones del distrito a su antojo. ¿Recuerdan? Oh, feliz memoria. De sus actuaciones en dicha alcaldía se recibieron diferentes denuncias, pero por poco o nada hicieron los organismos encargados de investigar y sancionar al respecto. Tierra al asunto, y ella calladita. 

Pero su talante politiquero y siempre arrodillado al mejor postor se dejó ver también en la alcaldía de Gustavo Petro, pues la doctora Claudia pasó de ser contratista y partidaria del gobierno de Enrique Peñalosa, a apoyar al burgomaestre exguerrillero de forma incondicional, y hasta con gritos y banderas en la Plaza de Bolívar, aun sabiendo que este representa todo lo opuesto a su expatrón. Lo más gracioso del asunto, es que pasa del blanco al negro con una facilidad insuperable: ahora tiene la pelea casada con Petro.

Pero claro, fiel a su carácter acomodado y buscando siempre mantenerse cerca del poder, la senadora López, terminó acomodándose de nuevo a Peñalosa, ahora uribista y enemigo político número uno de Gustavo Petro y quien al final terminó ganando la Alcaldía capitalina. Tampoco le ha importado a la doctora Claudia el apoyo incondicional que siempre ha recibido Peñalosa del Centro Democrático, partido que ella ha acusado de paramilitar desde sus inicios (ella, que tiene por costumbre lanzar juicios, difamar y calumniar); ella siempre permaneció firme ahí, al lado del alcalde capitalino hasta que decidió voltearse de nuevo y empezar de forma sorpresiva a criticar su gobierno. Solo el tiempo nos dirá qué cuota política perdió la congresista en dicha administración, o que exigencias personales le haría al gobernante saliente, o qué problema personal tuvo con él para abandonar el barco en el que tan incondicionalmente ha ido montada todo este tiempo.

Antiuribista, antisantista, peñalosista, petrista, santista, de nuevo peñalosista, luego antipetrista, amiga de políticos uribistas, amiga de la paz, enemiga de la paz y de nuevo amiga de la paz. Amiga de Petro, y ahora furibunda enemiga. En fin, así es Claudia López, va saltando de bando en bando, de idea en idea según como mejor le vaya pintando el panorama personal a ella y a los suyos. Es evidente que la política anti-política López terminó siendo la más politiquera y acomodada de todas, que ve en todo una oportunidad para imponerse y para gritar, y que ahora le coquetea al podio más alto de la capital: la alcaldía mayor.  Dios libre a los bogotanos. No quiera la Virgen que vayan a caer al peor de los agujeros.

Leave a Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.