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Con ocasión del centésimo aniversario del nacimiento de San Juan Pablo II, el presidente de EE.UU. Donald Trump y su esposa Melania, quien es católica, visitaron el Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, D.C.
La visita se había acordado hace días, con ocasión de la firma de una orden presidencial en favor de la libertad religiosa en el mundo.
La orden le da prioridad a la libertad religiosa en los planes y proyectos de cooperación internacional de EE.UU., a los que deben dedicarse al menos 50 millones de dólares anuales.
Los programas que financiará estarán dirigidos a anticipar, prevenir y responder ataques contra individuos y grupos en razón de su fe, y a que los responsables sean llevados ante la justicia, así como para proteger los lugares de culto y las tradiciones culturales de las comunidades religiosas.
Nuestros fundadores entendieron la libertad religiosa no como una creación del Estado, sino como un don de Dios para cada persona, y como un derecho que es fundamental para la prosperidad de nuestra sociedad.
– Art. 1° de la Orden Ejecutiva para el Avance Internacional de la Libertad Religiosa
Sin embargo, para el arzobispo de la diócesis, Wilton Gregory, el uso de la capilla fue motivo de indignación por considerar que fue «mal utilizada» y «manipulada».
.@WashArchbishop Gregory has released a statement on the president’s visit to the Saint John Paul II National Shrine.https://t.co/46g9Ac8Wy5 pic.twitter.com/d1wERIoLVp
— DC Archdiocese (@WashArchdiocese) June 2, 2020
Es “desconcertante y censurable” que cualquier instalación católica “se permita ser tan mal utilizada y manipulada” de una forma que viola “nuestros principios religiosos”, que nos llaman “a defender los derechos de todas las personas, incluso aquellas con quienes podríamos estar en desacuerdo”, dijo el Arzobispo Gregory.
Gregory reemplazó en la diócesis al infame Cardenal Teodoro McCarrick, a quien era muy cercano, y de quien se demostró utilizó su poder e influencias para abusar sexualmente de jóvenes seminaristas, creando una verdadera red de explotación sexual que involucró jóvenes de Colombia y Argentina, entre otros países.
El arzobispo también ha sido reconocido por su ánimo de pervertir la Doctrina de la Iglesia en materia de la ordenación sacerdotal, de la normalización de la homosexualidad y de la comunión para personas que viven en adulterio.
Incluso, el difunto exmonje benedictino Richard Sipe, quien fue fundamental para que el diario Boston Globe desentramara un red de abuso sexual en la diócesis de esa ciudad, señaló a Gregory de homosexual.
El exfraile Richard Sipe recolectó información durante décadas sobre una red de abuso sexual dentro de la Iglesia, que estaba administrada en buena parte por clérigos homosexuales.
Fuente: ABC News – YouTube
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